¿Alguna vez has sentido que terminas una conversación con alguien o te encuentras en una reunión y terminas como cansado, harto o con alguna emoción negativa? Puede ser que estés rodeado de personas que chupan tu energía y no te has dado cuenta. Por ejemplo, diversos estudios recientes hablan de cómo estar mucho tiempo con una persona negativa tiene un impacto en tus neuronas.
Los vampiros energéticos son aquellas personas emocionalmente inmaduras que sienten que todo gira alrededor de ellas. Son incapaces de ver las cosas desde la perspectiva de los demás y por lo mismo, carecen de empatía y compasión hacia los otros. Sienten que tienen el derecho de tomar todo lo que puedan de los demás sin reconocer sus sentimientos.
Si bien es algo muy común en relaciones de pareja, también suele presentarse con familiares, amigos, colegas del trabajo o cualquier otra persona. Básicamente, se trata de personas que te drenan todo lo que pueden y no te dejan nada.
Usualmente, los vampiros energéticos poseen las siguientes características: son agresivos, abusivos, enojones, carismáticos, controladores, dependientes, dominantes, envidiosos, celosos, posesivos y seductores.
Antes que nada, no te tomes las cosas personal y déjalo ir. En muchas ocasiones, los vampiros energéticos son personas que han pasado por situaciones difíciles en sus vidas. Esto no quiere decir que lo que hagan sea justificado, sino que muchas veces no se dan cuenta de lo que hacen; por lo tanto, debes tratar de no tomarte las cosas tan personal. Ignorarlos y poner distancia de por medio suele ser lo mejor.
Reconoce cuando sus palabras y acciones son inaceptables e hirientes. Ante un vampiro energético siempre debes poner límites claros desde el principio y no permitir ni una falta de respeto a tu persona.
Aprende a no reaccionar con el impulso. La mayoría de los vampiros energéticos buscará llevarte hasta el límite de tus emociones; por eso es importante que no dejes que te sobrepasen las emociones. Antes de reaccionar, respira y piensa si realmente vale la pena.
Recuerda por qué estás con esa persona. Puede que sea tu pareja, amigo, familiar o colega, pero siempre tienes que recordar que no estás atado a esa persona si realmente te hace daño. Como bien dice la frase: si no te gusta dónde estás, muévete, no eres un árbol.
Acuérdate de tu valor. Este tipo de personas hará de todo para que te sientas menos, pero recuerda que nadie puede hacerte sentir de ninguna manera si tú no lo permites. Reconoce tu valor y no dejes que nadie te haga sentir menos ni dudar de ti.