¿A quién no le gustaría saber lo que otras personas piensan? Todos los días, cuando interactuamos con amigos, familia, compañeros de trabajo, estamos tratando de leer sus mentes. Nos ayudamos con observaciones, recurrimos sin tener conciencia de ello a un banco de datos de recuerdos, apelamos a los poderes de la razón y fuentes emotivas. Pero constantemente hacemos conjeturas equivocadas. Leer a las otras personas no es un superpoder, no se trata de telepatía, pero sí es una habilidad humana, que consiste en la forma en que damos sentido al comportamiento de los otros y decidimos nuestros propios movimientos. La lectura de la conducta nos permite negociar, competir, cooperar y lograr cercanía emocional con los demás. Nos permite averiguar cuando estamos siendo manipulados o seducidos. La capacidad de "leer la mente" es quizás el elemento más importante de la inteligencia social.
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Décadas de investigación sobre la lectura de la mente (o, como los psicólogos la llaman: exactitud empática) ahora revelan cómo funciona, quién es especialmente bueno en ello, y cómo podemos mejorar nuestra capacidad de adivinar los pensamientos de los demás, incluso cuando nuestros interlocutores no saben lo que hay en sus propias mentes. Los pensamientos y sentimientos de otros, incluso los más cercanos a nosotros, están lejos de ser transparentes, lo que hace que la lectura de la mente sea la única manera de conocer a alguien más allá de la mera superficie. Es la única manera de lograr la verdadera intimidad. Y la única manera de amar a alguien por lo que él o ella realmente es. Para leer la mente del otro no hace falta conocerlo, pero sí fijarse atentamente en su lenguaje, no sólo el oral, sino en sus movimientos, sus pestañeos, sus gestos y sonrisa. Hay algunos tips que pueden funcionar:
1. Conoce a la otra persona
"Nuestra exactitud empática mejora con lo bien que conocemos a nuestro compañero de conversación", dice William Ickes. "Si usted interactúa con alguien en el transcurso de al menos 1 mes, será mucho más capaz de leer sus pensamientos y sentimientos". Este "efecto de amistad" se produce de dos maneras: primero, después de observar a nuestros compañeros a lo largo del tiempo y en diferentes situaciones, somos capaces de interpretar mejor sus palabras y acciones; y segundo, aprendemos más sobre lo que está pasando en sus vidas y podemos usar este conocimiento para encontrar las señales que nos dan mayor contexto.
2. Pide comentarios
Los estudios demuestran que podemos mejorar rápidamente nuestra exactitud empática descubriendo si nuestras conjeturas están o no equivocadas. Puedes preguntarle a tu interlocutor si tu percepción de su estado es la correcta: “Por lo que noto estás enojado, ¿estoy en lo cierto?”.
3. Pon atención a la parte superior de la cara
Las falsas "emociones sociales" tienden a ser expresadas en la mitad inferior de la cara, mientras que las "emociones primarias" se escapan a través de la mitad superior, principalmente alrededor de los ojos, según Calin Prodan, profesor de neurología en la Universidad de Oklahoma.
4. Sé expresivo
La expresividad emocional es recíproca; respondemos a las autorrevelaciones de otros con salidas propias.
5. Relájate
Los compañeros de conversación sintonizan sus posturas, posiciones y respiración, dice Lavinia Plonka, autora de Walking Your Talk. Si estás tenso, tu amigo se contagiará de ello. Respira hondo, sonríe e intenta proyectar apertura y receptividad a aquel con quien estés.
Con información de Psychology Today