Un día estás de buen humor, pero puede que al otro te pase algo o simplemente te sientas mal. ¿Te han dicho algo así como "Tranquilo, todo pasará"? Claro que todo pasa, pero también estás en todo tu derecho de expresar cómo te sientes. Lo importante de las emociones "negativas" no es hacerlas a un lado, sino reconocer por qué existen, hacer algo al respecto y aprender de ellas.
El enojo es una de esas emociones que seguramente no te gusta sentir, pero puede enseñarte mucho de ti, de cómo reaccionas ante las circunstancias y cómo puedes responder la próxima vez que te ocurra algo similar. Existen diferentes formas en las que puedes controlar el enojo, pero antes que nada debes reconocer, aceptar y tratar de entender por qué está ahí. Las siguientes prácticas te pueden ayudar a lograrlo.
Exprésalo. Hablar con la verdad y ser honesto con cómo te sientes es lo mejor que puedes hacer, tanto para ti como para los demás. Se sabe que las emociones tienen un impacto en la salud y cuando no las externas ni liberas, te pueden afectar también físicamente. Por ejemplo, cuando estás muy tenso y todo tu cuello y espalda alta te duelen, es justo porque acumulas emociones que se traducen como tensión en el cuerpo.
Repite un mantra. Los mantras son sonidos o frases sagradas que se utilizan para entrar en estados meditativos. Uno de los más conocidos es el Om. Se dice que ese fue el sonido de la creación y cuando se entona su vibración es de 432Hz, vibración que está presente en todo lo que existe en la naturaleza.
Uno de los mantras que dan más calma es el "Om Shanti Om". Shanti quiere decir "paz" en sánscrito, así que es un mantra diseñado para traerle paz a tu mente y a todo tu entorno.
Escribe en un diario. Diversos psicólogos recomiendan tener un diario, ya que al escribir tus emociones puedes darte cuenta de patrones y distanciarte de ellas, punto muy importante para realmente entender por qué te sientes de cierta forma. Cuando solamente te dejas llevar por la emoción, es difícil pensar de manera racional. Así que mejor toma un respiro y escribe todo lo que sientes.
Practica la gratitud. Agradecer por todo lo que tienes en el día a día te dará una perspectiva más amplia y dejarás de encerrarte en lo malo que te pasa. Deja de quejarte por lo que te falta y empieza a agradecer por todo lo que tienes.
Sentirte triste, enojado, feliz, querer llorar, todo eso y más es parte de lo que nos hace humanos, y no es necesario que lo ocultes. Lo importante siempre es que lo hables y trates de manejarlo de la mejor forma posible, para que no te lastimes a ti ni a tu entorno.