En años recientes, seguro has escuchado o leído información respecto a que el estómago es el segundo cerebro. Además, se sabe que la alimentación tiene un impacto muy grande en el estado de ánimo y en el funcionamiento cerebral. Como bien decía Hipócrates: "Que la comida sea tu alimento y tu alimento la medicina". 

Así como existe comida que te hace bien, como las grasas naturales que ayudan al cerebro, también están los alimentos que tienen antinutrientes y que pueden generarle a tu cuerpo y mente más daños que cosas buenas.

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Si tienes depresión, antes que nada debes considerar acudir con un especialista, y también puedes intentar dejar de consumir estos alimentos por un tiempo y ver cómo reacciona tu cuerpo. 

Azúcar

Para empezar, se sabe que el azúcar funciona como la cocaína, e inclusive se dice que puede ser mucho más adictivo que esta droga. De acuerdo con un estudio que se llevó a cabo en 2015, cuando comes más azúcar de la que ya tienen tus alimentos, los niveles de glucosa se elevan, y bajan los niveles de una proteína que ayuda al crecimiento de las neuronas. Básicamente, comer una gran cantidad de azúcar hace que el rendimiento de tu cerebro se vea perjudicado.

Gluten

Últimamente se habla mucho acerca de la comida que no contiene gluten, los celíacos, los intolerantes, ectétera. ¿Pero qué es realmente el gluten? Su nombre quiere decir "pegamento" y consiste en un conjunto de proteínas, el cual hace que todos los alimentos que las contienen tengan esa consistencia esponjosa e inflada. Se encuentra especialmente en el trigo, pero también está presente en la cebada, espelta y sémola, entre otros.

Hay personas que son alérgicas al gluten, y se les conoce como celíacos (una enfermedad autoinmune); literalmente, si comen algo que contenga gluten, su revestimiento intestinal se destruye. También están los intolerantes y todas las personas que deciden no comerlo por cuestiones de salud.

¿Por qué tiene un impacto en el cerebro? Si tomas en cuenta todos los estudios que relacionan la inflamación excesiva con las enfermedades podrás darte cuenta de que esto se debe en gran parte a la inflamación que causan las proteínas del gluten dentro de tus intestinos, mismos que están conectados con tu funcionamiento mental.

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Aceites vegetales

Una gran cantidad de alimentos están elaborados a partir de aceites que provienen del maíz, la canola o la soya. Se considera que son procesados porque se requiere de una gran cantidad de solventes químicos para crearlos. Lo peor de todo es que en muchas ocasiones están elaborados con alimentos genéticamente modificados.

Básicamente, tu cuerpo no reconoce este tipo de aceites; por lo tanto, el sistema inmune se activa y comienza un proceso inflamatorio en el cuerpo. Se ha demostrado que los aceites vegetales tienen un impacto en la disfunción de la tiroides, las enfermedades cardiovasculares y los desórdenes psiquiátricos, por mencionar sólo algunos padecimientos.

Lácteos

Se ha comprobado que cuando consumes productos lácteos en exceso se activan nuestros receptores de placer y relajación, ya que la leche contiene componentes que se asemejan a la morfina y activan nuestros receptores opioides. Esto hace que te sientas bien cuando los consumes, y que generes cierta adicción.

El gran problema de los lácteos es la caseína, la proteína principal de la leche, que causa inflamación. Está relacionada con diferentes padecimientos psicológicos que van desde la depresión hasta la esquizofrenia.

"Estos opiáceos se adhieren a los mismos receptores del cerebro que la heroína y morfina", dice el doctor Neal Barnard, autor de The Cheese Trap (La trampa del queso). 

Por supuesto que muchas personas sí pueden tolerar los productos lácteos sin tener ningún problema, y también todo radica en que se consuman alimentos de la mejor calidad posible. Por ejemplo, el ghee (mantequilla clarificada) es uno de los alimentos más utilizados en la India y provee grandes beneficios. Lo que pasa es que en el proceso de crearlo, se elimina la caseína. Así que el problema no es la leche per se, sino la proteína.

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Con información de Kelly Brogan, MD