Hay muchos artículos sobre cómo dejar de sentir ansiedad, cómo lidiar con los problemas y el estrés diario, y mil y un recetas para tener esa vida que tanto quieres y ser feliz. Pero antes que nada, ¿realmente sabes qué es lo que quieres o lo que vienes a hacer en esta vida? ¿Sabes en verdad qué es lo que te hará plenamente feliz? ¿Y si en lugar de felicidad buscas paz y estabilidad? Tal vez te preocuparías menos, te estresarías menos y tus niveles de ansiedad bajarían.
Hay muchas cosas buenas por las cuales reír y agradecer día con día. Es cierto que los problemas existen y eso no lo puede negar nadie, pero cuando caes en un hoyo sin fin de solamente preocuparte por eso, parece que nunca saldrás de ahí y tú solo haces una tormenta en un vaso de agua.
Cuando reconoces que tus problemas no determinan tu vida y que, más bien, de ellos puedes aprender muchas cosas, podrás mirarlos de otra manera. No todo es blanco y negro, la vida se vive en escala de grises. Para todo yin siempre tiene que existir un yang; reconocer esto es respetar a la vida y confiar en lo que te brinda el universo. Todo son lecciones y, ciertamente, de los problemas se aprende mucho más.
Si en estos momentos atraviesas algún tipo de dificultad, trata de verla objetivamente; no la hagas a un lado, pero toma acciones concretas y date un tiempo delimitado para trabajar en la solución.
La mayoría de las sombras en esta vida son causadas porque te paras en tu propia luz.
(Ralph Waldo Emerson)
Las relaciones son lo que nutre tu vida. Durante años se ha tratado de entender qué es lo que hace que la vida sea feliz. Los viajes, el dinero, la comida, ¿qué crees tú que sería lo más importante para esto? Ninguna de las anteriores es la respuesta. Después de un largo estudio que se hizo a lo largo de 75 años con 724 personas, se descubrió que lo más importante para que tengas una vida feliz es tener relaciones sanas, estables y con personas que le brinden algo real y constructivo a tu vida.
Tu tiempo es limitado. Tienes 24 horas en un día y aproximadamente 8 las ocupas para dormir, ¿qué haces con todas las horas que te quedan? Posiblemente tengas un trabajo de 8 horas o tengas que asistir a la escuela. Cualquiera que sea el caso, ponte a pensar: cuando tienes un problema, ¿cuánto tiempo gastas en él? ¿Te imaginas todo lo que podrías hacer con todas esas horas? Seguramente encontrarías muchas soluciones si te enfocaras en buscar soluciones, pero es muy probable que ocupes mucho más tiempo en darle vueltas y vueltas al mismo problema.
Preocuparte desgasta y causa estrés. Uno de los grandes problemas en la vida actual es el estrés, y si bien hay muchas causas de esto, preocuparte de más es, sin duda, algo que propicia dicho estado. Además, tu cerebro crea redes neuronales que se refuerzan con las preocupaciones que tienes. Recuerda que tu cerebro es un músculo y así como trabajas en un gimnasio con tus otros músculos, lo mismo pasa con tu cerebro. Los hábitos se crean así, a partir de las repeticiones; entonces, lo mismo pasa con tus pensamientos. Tu mente cree lo que le dices, así que cuida tus pensamientos.
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Efectos comunes del estrés:
• Te puede provocar dolor de cabeza, afecta tu humor y te puede generar ansiedad, lo que resulta en comer de más o no comer bien.
• Tensión o dolor muscular; el estrés no te deja descansar y puede generarte mucho enojo.
• Dolor en el pecho; el estrés produce una pérdida de motivación o concentración que puede resultar en acudir al uso de drogas o alcohol.
• Fatiga; te sientes abrumado y podrías recurrir al tabaco.
Maneja el estrés de esta forma:
• Ejercítate o mantente activo diariamente.
• Practica técnicas de relajación: respiraciones profundas, meditación yoga, masajes o tai chi.
• Mantén el sentido del humor.
• Pasa tiempo con tus amigos y familiares.
• Destina un tiempo para los hobbies, lee un libro, escucha música, aprende un idioma.
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Agradece y nunca dejes de hacerlo. Ser agradecido con lo que te brinda la vida, con lo que aprendes día con día y las cosas buenas que tienes, hará que dejes de ver todo como si fueras la víctima. Y no solamente eso, sino que le hará bien a tu salud mental y física, mejorará tu empatía con los demás, tu autoestima incrementará e incluso dormirás mucho mejor.
Deja de pensar que eres el centro del universo. Cuando te sumerges en problemas, es muy común que tengas pensamientos catastróficos, que pienses que todo lo que te pasa es solamente a ti y que sufres tanto que no podrás sentirte bien. Pero, ¿te has tomado un minuto para ver todo lo que sucede alrededor del mundo? ¿las tragedias que se viven día con día?
Esto no quiere decir que minimices tus problemas, pero sí que los veas de forma más objetiva y te des cuenta de que ocurren muchas más cosas allá afuera y que hay personas que realmente la ven difícil día con día. Encuentra una solución, trabaja en ella y siempre da lo mejor de ti en todo momento.
Ve por los demás, sirve de algo y sé útil. Al dejar de preocuparte solamente por ti y qué puedes hacer por los demás, tus dificultades se minimizan, dejas de ser egocéntrico y puedes servir de algo. Escribe, comparte, lee, escucha a alguien que necesite de tu ayuda. Recuerda que no estás solamente tú en este planeta, y así podrás servir sin querer recibir algo a cambio.
Y sobre todo… disfruta el viaje.