¿Cuántas veces te ha pasado que tienes un mal día y entonces crees que todo estará fatal? Esos pensamientos fatalistas cuando algo te pasa o estás en medio de un problema le ocurren a todos. Suena a cliché, pero en esos momentos lo que tienes que hacer es recordar todo lo bueno que sí tienes en la vida. De hecho, se ha comprobado en numerosas ocasiones que cuando practicas la gratitud, todo cambia.
Detén un momento cualquier cosa en la que estés ocupado ahorita y piensa, tómate tan sólo un par de minutos y reflexiona acerca de al menos una cosa por la que estés agradecido el día de hoy. Pueden ser aspectos tan simples como poder respirar un día más, ver la luz del Sol, el color azul del cielo, etcétera. Lo que tú quieras agradecer está bien. Lo importante es cambiar la perspectiva de las cosas y ver todo con un poco más de luz cuando estás en alguna dificultad. Recuerda que todo pasa.
Primero lo primero: compra un diario. Suena obvio, pero tal vez pienses que ponerlo en post-its o en tu celular pueda funcionar. Y aunque sí puedes optar por estas opciones, es mucho mejor que tengas algún tipo de libreta o diario al que puedas recurrir siempre que lo necesites. Es solamente tuyo y puede ser un gran recurso para esos días difíciles. Así que elige una libreta o cuaderno que realmente te guste, te inspire y que te transmita paz.
Sé consciente de por qué lo haces. En el momento en que comprendes algo y por qué lo haces, se convierte en un hábito mucho más rápido y te será más fácil. Algunos de los beneficios de tener un diario de gratitud son:
Conforme pase el tiempo, te vas a dar cuenta de que aprenderás mucho de ti durante el proceso. Y eso es lo más importante, pues siempre el autoconocimiento será tu mejor herramienta para cualquier dificultad.
Agradece por aquellos que están en tu vida. Los expertos dicen que también debes poner un poco de energía para enfocarte en aquellas personas que te han cambiado algo para bien. Familiares, amigos, compañeros de trabajo, tu pareja o hasta la persona que te sonrió en el transporte público. Da gracias por todas esas personas.
Siempre date tiempo para escribir. ¿Otra cosa más que hacer en tu lista de deberes diarios? Suena abrumador, ¿no? Pero si tomas en cuenta el punto anterior y reconoces que es algo que realmente te hará bien, entonces lo harás sin ningún problema. Lo mejor es hacer de esto un hábito nuevo; puedes hacerlo al comenzar el día o antes de ir a dormir, e incluso lo puedes hacer dos veces al día.
Piensa en temas nuevos. Puede ser que después de un tiempo pienses que ya no tengas temas nuevos por los cuales agradecer. En estos casos, lo que puedes hacer es mirar tu vida desde otra perspectiva. Recuerda que siempre hay algo, por pequeño que sea, por lo cual dar gracias. Además, en tu diario puedes escribir de lo que tú quieras, es sumamente personal y nadie va a comentar acerca de ello.
Algunas ideas para cuando no sepas qué escribir son:
Encuentra lo que funciona para ti. Esta actividad es sólo tuya, es personal y la puedes moldear como tú quieras. Puedes agregar fotos en tu diario, colores, frases, lo que prefieras. El límite lo pones tú. Después de un tiempo considera involucrar a tus hijos, pareja, familiares o a quien creas que le vendrá bien.
Tras una temporada con tu diario de gratitud, puedes revisar cómo te sientes y si notas algún cambio. Es posible que tus interacciones con los demás y con la vida en general sean diferentes; también puede ser que la forma en la que te hablas a ti mismo sea otra y mucho más positiva. Si notas cambios positivos, entonces no lo dejes a un lado, vuélvelo parte de ti y verás que conforme pase más tiempo te sentirás mucho mejor.
La gratitud realmente genera cambios cerebrales, ya que al agradecer tu cerebro genera dopamina y se recablea para sentir más felicidad. Por eso, las personas que se van a dormir con pensamientos de gratitud duermen mucho más felices y tranquilas.
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