La mayoría de la gente es consciente de la inteligencia cognitiva, y tal vez incluso has hecho algún test de coeficiente intelectual para ver dónde se clasifica tu capacidad en ese ámbito. Pero hay otro tipo de inteligencia que tal vez no te des cuenta de que tienes (o de que te hace falta): la inteligencia emocional, también conocida como tu cociente emocional (EQ).
Sí, la manera en que compartes tus los sentimientos y entiendes las emociones de otras personas también es una forma de inteligencia. Aquí está todo lo que hay que saber sobre la inteligencia emocional.
La inteligencia emocional es la habilidad de entender y manejar tus emociones. No todo el mundo tiene este rasgo, pero aquellos que sí, también tienen la capacidad de entender e influir en las emociones y el comportamiento de los demás.
El término "inteligencia emocional" fue popularizado por los científicos en la década de 1990 para describir un conjunto de habilidades comparables a la inteligencia general (la capacidad de aprender, aplicar conocimientos y resolver problemas). La inteligencia emocional es básicamente la misma idea pero relacionada con las emociones.
Estos rasgos pueden ser explorados más a fondo como los cinco elementos de la inteligencia emocional.
El conocimiento de sí mismo es una parte crítica de la inteligencia emocional. Significa que puedes reconocer y comprender tus emociones y que eres consciente de cómo tus estados de ánimo, acciones y emociones afectan a otras personas.
La inteligencia emocional también incluye la capacidad de regular y manejar las emociones, por ejemplo, expresar los sentimientos sólo cuando sea apropiado. Las personas que pueden autorregularse no suelen tomar decisiones impulsivas, sino que piensan en sus acciones antes de proceder.
La motivación juega un gran papel en la inteligencia emocional. Significa ser productivo y tener el impulso de hacer algo, con una pasión por satisfacer tus necesidades y objetivos a largo plazo, incluso si tienes que hacer sacrificios a corto plazo. También incluye estar comprometido y ser bueno en la toma de iniciativas.
Si tienes inteligencia emocional, es menos probable que seas egocéntrico. Puedes empatizar bien con los demás, y eres un buen oyente que entiende las necesidades y deseos de los otros. Las personas emocionalmente inteligentes son vistas como leales, compasivas y confiables.
Ser emocionalmente inteligente significa que tienes buenas habilidades sociales y trabajas bien en equipo. A menudo se te ve como un buen líder y también puedes ser un buen oyente activo, tener fuertes habilidades de comunicación y ser capaz de dirigir un equipo y manejar las relaciones.
La inteligencia emocional es importante porque puede ayudarte a motivarte y a crear interacciones sociales positivas. Esto puede beneficiarte tanto personal como profesionalmente de diferentes maneras.
La inteligencia emocional se ocupa de la percepción, expresión y regulación de los estados de ánimo y las emociones, lo que sugiere que hay un vínculo directo entre la inteligencia emocional y la mejora de la salud mental.
Debido a que la inteligencia emocional ayuda a pensar con claridad cuando se resuelven problemas, puede ser beneficiosa cuando se trata del estrés y otros escenarios que inducen a la ansiedad.
Ser capaz de comprender tus emociones y las de los demás te permite pensar más racionalmente en las conversaciones y desacuerdos.
La inteligencia emocional te da la capacidad de cuestionar las razones de tus emociones y de reconocer y considerar los sentimientos de los demás sin enojarte o ponerte a la defensiva.
Esto puede ayudarte a respetar los sentimientos de tu pareja mientras expresas los tuyos de manera calmada y constructiva. También puedes ser capaz de resolver los desacuerdos antes de que se conviertan en discusiones que provoquen lágrimas.
La inteligencia emocional tiene grandes beneficios en el lugar de trabajo. Incluso podría ayudarte a progresar en tu carrera.
Es menos probable que tomes decisiones impulsivas o pobres que puedan afectar tu desempeño como empleado, y consideras cada acción. Puedes aceptar las críticas constructivas sin ponerte a la defensiva; en cambio, acoges con agrado las críticas para ayudarte a mejorar tu desempeño.
Eres lógico y razonable y tienes talento para el trabajo en equipo, la resolución de problemas y el liderazgo.
La inteligencia emocional puede ayudarte a ser un jefe. Ya que te permite ser más accesible y decisivo, es muy útil en los roles de liderazgo. Eres consciente de lo que hace que tu equipo esté feliz y motivado, lo que fomenta un ambiente positivo que mejora la productividad.
La inteligencia emocional también te da la capacidad de lidiar con situaciones estresantes sin agobiarte y de abordar los problemas sin enojarte o culpar a otras personas.
Ponte en contacto con tus emociones. Tu capacidad para manejar sentimientos básicos como la ira, la tristeza, el miedo y la alegría a menudo depende de la calidad y la consistencia de tus experiencias emocionales en los primeros años de vida.
Las experiencias positivas de la infancia pueden ayudarte a ser más inteligente emocionalmente. Las experiencias confusas, amenazantes o dolorosas pueden hacer que te distancies de tus emociones.
Para desafiar esto y construir tu inteligencia emocional, trata de reconectarte con tus emociones centrales. Puedes hacer esto a través de la práctica de la atención plena, que te permite enfocar a propósito tu atención en el momento presente, sin juzgar.
Para mejorar la conciencia social, es necesario poner atención en los entornos sociales. Esto te ayudará a captar las sutiles señales no verbales en ti mismo y en los demás, incluso cuando pienses en otras cosas.
Cuando estés en una conversación, permanece presente en ese momento. Trata de dejar de lado tus otros pensamientos y concéntrate en la interacción. Escuchar activamente lo que los demás tienen que decir también es clave.
La inteligencia emocional incluye la capacidad de reconocer y comprender las experiencias de otras personas.
Es normal tener desacuerdos, pero puedes concentrarte en resolver el conflicto de manera saludable sin amenazar, levantar la voz o volverte agresivo. Practica el mantener la calma. Esto puede ayudar a crear seguridad y felicidad general en una relación.