Tu salud mental no se trata solamente de ti y tus emociones; también tiene un impacto en todo lo que te rodea, lo que haces y cómo manejas los problemas diariamente. Es cierto que muchas personas buscan apoyo profesional para estar mejor, pero esa no es la única forma; puede ser un complemento de herramientas que lleves a cabo diariamente.
Cuando decides hacer cambios para bien, te darás cuenta de que todo lo demás que te rodea también comienza a mejorar. Las siguientes recomendaciones te ayudarán a mejorar tu salud mental. Verás cómo al ponerlas en práctica te sentirás mucho mejor y tus relaciones interpersonales también serán sanas y fructíferas.
Existen muchas investigaciones en donde se habla de cómo lo que piensas de ti mismo puede tener realmente un efecto, no solamente psicológico sino también físico.
Por ejemplo, si todo el tiempo te la pasas inmerso en la negatividad o en lo mal que haces esto y aquello, verás que muchas de tus experiencias se tornan negativas, incluso la gente con la que convives en tu día a día.
Si notas que en el día te dices algo como “Soy un tonto”, “No puedo”, etcétera, ponle un alto inmediato a esos pensamientos, reflexiónalo y reestructura los pensamientos con algo positivo. Aprende a identificar tus cualidades y reconócelas.
Seguramente has escuchado mucho acerca de esto, pero es que ser agradecido es realmente benéfico. En lugar de concentrarte “en todo lo malo”, podrás ver las cosas desde otra perspectiva.
Intenta despertar cada día y agradecer por un nuevo amanecer, la posibilidad de respirar, de ver a tus hijos, de comer un desayuno caliente, de tener un techo, lo que tú quieras. Pero agradece.
Te puede interesar: Diario de gratitud para recordar lo bueno en los días malos
Esto tiene mucho que ver con la idea del mindfulness o la conciencia plena. Cuando decides realmente poner atención a lo que haces puedes hacerlo mucho mejor, vivir el momento y realmente aprender algo de lo experimentado.
No importa si son 10 minutos o 1 hora, de verdad el ejercicio es clave para estar de buen humor. Tu cuerpo libera endorfinas cuando haces actividad física y por consiguiente te aliviará del estrés.
Si quieres obtener mejores resultados, busca 30 minutos diarios e intenta hacerlo en espacios abiertos. Recuerda que la exposición al sol te ayuda a producir vitamina D, misma que eleva los niveles de serotonina en el cerebro.
Está bien de vez en cuando comer algo de comida no tan saludable, como esos antojos a los que no te puedes resistir, pero recuerda que todo lo que comes alimenta tu cuerpo entero.
Por ejemplo, la proteína te ayuda a mantenerte alerta, las frutas y verduras tienen muchos nutrientes que afectan los químicos de tu cerebro que regulan el humor. Recuerda también la importancia de incluir grasas saludables como nueces, pescados y semillas.
Para comer bien no debes matarte de hambre, si no elegir sabiamente y moderarte mucho con las cosas que hacen más daño que bien.
Cuando compartas pláticas interesantes con alguien te sentirás más valorado y eso te ayudará a ser más confiado. Cuando comienzas a ver todo lo positivo en los demás, podrás reconocer todas las virtudes que tienes tú.
Si decides ayudar a alguien de forma real, esto también tendrá un efecto positivo en tu persona. Ser útil, amable, servir de algo a los otros es sin duda algo gratificante, aumentará tu autoestima y te sentirás mejor.
Claro que está bien hacer mil cosas, pero es igual de importante tomar descansos para que restaures tu energía. Pueden ser breves o largos, como tú decidas, lo importante es que sientas que realmente te relajaste. Incluso puedes hacer un pequeño ejercicio de respiración:
Notarás la gran diferencia que hace el hacerte consciente de tu respiración en el aquí y el ahora.