Sentir culpa es algo que a todos les pasa. Puede ser que hayas hecho algo por lo cual te sientes muy mal, pero ¿realmente de qué sirve caer en sentirte culpable? Sería mejor hacerte responsable de tus actos y buscar cómo enmendarlos, ¿no?
La culpa puede ser un sentimiento que se convierta en algo desbordante cuando te sientes estresado o triste. ¿Cuántas veces durante una discusión con alguien has sentido que tú tienes la culpa, pero caes en el victimismo? Es mucho más fácil eso que asumir la responsabilidad que te corresponde.
No quiere decir que no te sientas culpable de nada, pero si este sentimiento no va seguido de una acción de cambio, entonces realmente no sirve de nada.
El psicólogo Jeffrey S. Nevid dice que la culpa en algunas ocasiones es inútil y que no necesitas caer en el victimismo para llevar a cabo acciones que mejoren tu forma de ser. Y agrega:
La culpa te afecta físicamente. Puede llegar a afectar tu lenguaje corporal físico, tu caminar, tu postura y tus expresiones faciales. Puede distraerte de una higiene adecuada, y tu mente errante puede hacer que pierdas de vista los pequeños detalles al vestirte.
Los pensamientos de culpa pueden evitar que pienses con claridad. Diversos estudios han demostrado que la concentración, productividad, creatividad y eficacia se ven afectadas cuando te sientes culpable por algo.
Puede ser que te castigues a ti mismo. Esto es conocido como el efecto Dobby, en honor al personaje de Harry Potter que tenía la tendencia de castigarse para quitarse los sentimientos de culpa.
Culparte todo el tiempo puede ser una forma de controlar o manipular a los demás.
Si lo que quieres es poder dejar a un lado algo que hiciste o dijiste, necesitas comenzar a pedir perdón de manera sincera. La culpa, cuando no va acompañada de una acción real para enmendar alguna situación, realmente no te sirve de nada y solamente utilizarás el victimismo para manipular a los demás.
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