¿Has escuchado sobre las ventajas de llevar un diario o de escribir sobre tus emociones? La terapia narrativa se basa justamente en esos beneficios psicológicos y emocionales de la escritura y de la expresion creativa; es un tipo de terapia donde las historias y las partes que las conforman son parte del tratamiento y la escritura es una herramienta para que el paciente logre comprender mejor sus problemas, con el fin de dar con la mejor solución.
En la terapia narrativa se hace hincapié en las historias que cada persona desarrolla y lleva consigo a lo largo de la vida. Esas historias se crean a medida que cada uno experimenta eventos e interacciones, cada que se les da significado a esas experiencias y, a su vez, cuando éstas influyen en cómo cada persona se ve a sí misma y cómo percibe su entorno.
Cada ser humano lleva consigo un cúmulo de historias: están las que se relacionan con la autoestima, las habilidades, cualidades y metas, así como con los defectos, errores y fracasos; también hay historias vinculadas con las distintas relaciones que se dan a lo largo de la vida: la familia, la escuela, el trabajo, etcétera. Algunas de esas historias pueden llegar a ser contradictorias y algunas llegan a ser mucho más importantes que otras.
Además, cada persona acumula tanto las historias que cuenta de sí misma a los demás, como las que se cuenta sobre sí misma. Todas ellas tienen una parte de verdad y otra de inventiva, así como detalles que se ocultan o minimizan.
Debido a esto, la terapia narrativa parte de la premisa de que cada persona es la única experta en su propia vida, pues es la única que sabe realmente qué tanto de sus historias, propias y compartidas, es verdad y qué tanto es inventado, además de que es la única que conoce todos esos detalles que quedan ocultos o que son minimizados ante los ojos de los demás.
La terapia narrativa se basa en la escritura de cartas, textos y relatos que ayuden a cada persona a armar su propia gran historia y hallar las distintas historias dentro de ella para detectar las historias dominantes y aquellas problemáticas.
Esta terapia busca tener un efecto empoderador y ofrecer un asesoramiento que no sea culpable ni patológico por naturaleza. Es decir, la persona se vuelve capaz de ver sus historias y los detalles dentro de ellas sin juzgarlos y sin juzgarse, sino desde una perspectiva en la que al mismo tiempo juega como creador y observador para conocerse y comprenderse mejor.
Aunque los elementos centrales de la terapia narrativa se utilizan en una variedad de psicoterapias, este enfoque en específico se desarrolló en la década de los años 80 del siglo pasado, principalmente a través de los escritos de Michael White y David Epston, dos terapeutas de Nueva Zelanda que creían que era importante ver a las personas separadas de sus problemas.
White y Epston sintieron que era de vital importancia que las personas no se etiquetaran a sí mismas o se vieran a sí mismas como "rotas" o "el problema", o que se sintieran impotentes en sus circunstancias y patrones de comportamiento.
La terapia narrativa se desarrolló con tres componentes principales en mente:
El enfoque de la terapia narrativa se centra en las historias con las que cada persona da significado a sus experiencias personales para dar sentido a las propias experiencias. Esas historias también influyen en cómo cada uno se ve a sí mismo y al al mundo que lo rodea, en la toma de decisiones y en los comportamientos.
De acuerdo con esto, la terapia narrativa se basa en los siguientes principios:
Según la terapia narrativa, las historias involucran los siguientes cuatro elementos que trabajan juntos:
Puede haber muchos factores que contribuyen al desarrollo de historias. Estos factores influyen en cómo se interpretan los eventos o las interacciones, así como los significados que se les atribuyen. Algunos de los factores incluyen:
Como ya se dijo, aunque una persona lleva consigo diferentes historias, suele haber una dominante. Cuando esa historia dominante se interpone en el camino para vivir bien o parece sabotear los esfuerzos de crecimiento y cambio, se vuelve problemática y causa dolor emocional.
En la terapia narrativa se trabaja con los pacientes para explorar las historias que tienen sobre sí mismos, sus vidas y sus relaciones, para que al conocerlas e identificar la historia dominante problemática se pueda sanar y solucionar.
Una historia dominante problemática pudo surgir con un juicio que hicieron otros, generalmente en la infancia, particularmente si dicho juicio vino de aquellos que podrían haber estado en una posición de autoridad o influencia, como un padre o un cuidador.
Por ejemplo, si un padre llamó al hijo "perezoso", el niño pudo haberse identificado desde entonces a sí mismo como perezoso y empezó a tejer esa etiqueta en su historia a medida que avanzó hacia otras experiencias.
Con el tiempo, el rasgo de ser perezoso continúa y se convierte en parte de una historia dominante para esa persona, lo cual influye en cómo se ve a sí misma y cómo se comporta e interactúa con los demás, incluso en la vida adulta. Una vez que algo como esto se afianza, es fácil imaginar cómo puede crecer con el tiempo y convertirse en un problema.
En la vida de esa persona a la que en su infancia llamaron perezosa y se apropió de esa etiqueta, sus comportamientos "no perezosos" pueden minimizarse o pasarse por alto porque no concuerdan con su historia dominante.
En otras palabras, es posible que ni siquiera se dé crédito por tomar buenas decisiones o comportarse de manera positiva, porque eso no concuerda con la historia que se ha contado desde hace años sobre quién es y de qué es capaz.
La terapia narrativa se enfoca particularmente en las historias dominantes que son problemáticas y parecen obstaculizar el curso de la vida. Un terapeuta narrativo capacitado trabaja con las personas para explorar esas historias problemáticas y buscar información que les ayude a desafiarlas.
A través de la terapia narrativa, es posible comenzar a identificar historias alternativas que ofrecen la oportunidad de desafiar el juicio y explorar qué otra información se lleva dentro. Esto ayuda a que los pacientes amplíen la visión de sí mismos y no sólo se queden con lo que las historias dominantes dicen.
Así, es posible desafiar creencias antiguas y poco saludables y abrir la mente a nuevas formas de vida que reflejan una historia más precisa y saludable. Dentro de la terapia narrativa, hay un fuerte énfasis en separar a la persona de su problema.
A medida que las personas amplían su visión de sí mismas y exploran información adicional puede haber espacio para cambios saludables en los pensamientos, sentimientos y comportamientos.
La terapia narrativa no tiene como objetivo cambiar a una persona, sino permitirle convertirse en un experto en su propia vida. El objetivo es ayudar al paciente no sólo a desafiar sus problemas, sino también a ampliar su visión al considerar historias alternativas.
Puede ayudar a explorar información que se ha llevado dentro durante mucho tiempo, pero a la que nunca se le ha dado el justo valor. Esa información oculta puede ayudar al paciente a desarrollar una historia nueva y saludable de quién es, qué quiere y quién quiere llegar a ser.
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