Te consideras una persona relajada. Sin embargo, gran parte del tiempo padeces ansiedad causada por la incertidumbre; por ejemplo, si le escribes a un amigo para hacer planes, lo peor que te puede hacer es responderte "Te confirmo en un rato". ¿Quieres saber si tu deseo de controlarlo todo te está haciendo más difícil la vida? ¿Qué tantas de estas actitudes compartes?
1. Crees que tu vida sería más feliz si las personas a tu alrededor (familia, amigos) estuvieran dispuestas a cambiar dos o tres cosas de su caracter u opiniones.
2. Te enfrascas en discusiones sin sentido con frecuencia porque te parece muy importante dejar claro que tienes la razón.
3. Juzgas a los demás tan duramente como te juzgas a ti mismo y eso te parece justo, pero en el fondo no hay forma de que salgan bien librados.
4. Muchas veces disfrazas de crítica constructiva tus comentarios sobre los otros que no cumplen con tus expectativas.
5. No hay nada que odies más que un cambio de planes o que no te respondan con claridad sobre un plan futuro.
6. Te importa demasiado lo que los demás pienses u opinen de ti y haces cualquier cosa por quedar bien con las personas.
7. No toleras a las personas ambiguas o que no tienen una posición definida respecto de algún tema polémico.
8. Cuando alguien te pide ayuda, en lugar de escucharlo en silencio tratas de explicarle sus emociones.
9. A menudo das consejos no solicitados tus amigos o familiares, incluso has llegado a aconsejar a gente desconocida en situaciones casuales.
10. Prefieres hacer todo el trabajo de tu área o equipo tú solo, antes que ponerte de acuerdo con el resto de tus compañeros.
Si respondiste que sí a dos o más de estas premisas, es muy probable que seas una persona controladora y que eso no sólo esté afectando de manera negativa a la gente a tu alrededor sino que se esté interponiendo en tu realización. Es momento de relajarte y soltar.
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