El jengibre oscila entre ser un superalimento y una supermedicina, borrando las fronteras entre ambos como quizás ningún otro alimento. Confucio, el gran sabio chino que instituyó más que ninguna otra persona la filosofía moral de aquel enorme país, era especialmente adepto al jengibre y entre sus recomendaciones alimenticias dice que éste "nunca debe faltar en la mesa".
La medicina china considera que el jengibre es especialmente útil para eliminar el frío --esto es, los vientos fríos del cuerpo que pueden causar enfermedades. Es por ello también que es un excelente digestivo --fuego digestivo, como sugerían los alquimistas-- y una sustancia que promueve la circulación. Según la medicina china el jengibre es una especia medianamente dulce que ayuda aumentando el yang del bazo. Su consumo se recomienda particularmente en el invierno.
Los beneficios del jengibre son fáciles de comprobar tomándolo como té cuando hace frío: rápidamente sube la temperatura y aclara la obstrucción nasal si estamos constipados. Esto es lo que los chinos llaman el efecto del yang.
Tradicionalmente el jengibre se toma antes del alimento para estimular la digestión, algo que se suele hacer también en la comida japonesa, donde el sushi suele ir acompañado de rodajas de jengibre, las cuales además de aportar una rica paleta de sabor ayudan a digerir la comida.
El jengibre también es utilizado con efectividad para tratar la náusea; es especialmente popular entre mujeres embarazadas que sufren de ello o de dolores abdominales.
Cabe mencionar que el consumo debe hacerse con moderación, ya que demasiado calor puede ser también nocivo.