Con todos los mitos que existen sobre esos alimentos, la primera pregunta que se nos viene a la mente es si realmente podemos aprovechar los beneficios de los lácteos o es mejor eliminarlos de nuestra alimentación.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012 confirma que sí podemos dejar de consumirlos, pero corremos el riesgo de tener una carencia de vitaminas y minerales.
¡Elige bien!
Existen muchos tipos de lácteos como la leche, quesos, crema y yoghurt; todos éstos son ricos en proteínas, hidratos de carbono, lípidos, vitaminas y minerales, esenciales en una alimentación correcta.
Los lácteos como el yoghurt aportan entre el 30 y 43% de la ingestión diaria recomendada de calcio; y 33% de vitamina D.
Cuando consumimos una porción diaria de lácteos bajos en grasa y ricos en cultivos lácticos (probióticos), se reduce el tamaño de nuestra cintura y perdemos peso más fácilmente.
Otros de los beneficios de los lácteos es que disminuyen nuestras posibilidades de padecer síndrome metabólico, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y diabetes tipo 2.
Los que tienen probióticos, los mejores…
De todos los tipos de lácteos que existen en el mundo, sin duda, el yoghurt es una gran opción.
Al ser bajo en lactosa, rico en probióticos (lactobacilos o bifidobacterias) y calcio, protege las bacterias benéficas que se encuentran en tu sistema digestivo y te ayudan a tener una mejor digestión
Por si fuera poco, las proteínas derivadas de la leche y el yoghurt te generan saciedad, así que evitas comer de más.
No dejes que los mitos influyan en tu bienestar, consume yoghurt de manera regular y siéntete más ligero conforme pasa el tiempo.