Una de las principales dudas en cuestión de nutrición es si debiera darse prioridad al conteo de calorías para llevar una dieta equilibrada, saludable y moderada o si es mejor comer un poco de todo, siempre y cuando ese todo aporte una alimentación óptima rica en nutrientes.
Ciertamente, lo ideal sería poder encontrar combos de alimentos que fueran a la vez bajos en calorías y ricos en los mejores nutrimentos. De esta forma sería posible mantenerse delgado y sano, retrasar el envejecimiento de manera natural y fortalecer el sistema inmune. Lamentablemente, aunque esto a veces sí es posible, no siempre se puede tener todo.
Por ello, las personas tenemos que desarrollar habilidades nuevas para estudiar las aportaciones alimenticias de nuestros menús, evitar satanizar ciertos alimentos y tomar decisiones inteligentes a partir de razonamientos informados.
Hay que recordar que las calorías equivalen a la energía que aporta la comida, por lo que son indispensables para realizar las actividades de cada día y sortear los virus y bacterias que nos acechan. Por eso hay que pensar que, aunque ciertos alimentos poseen bastante grasa o calorías comparados con otros –aceite de oliva, nueces, aguacate, plátano, queso de cabra–, su mayor virtud no está en ser los más “dietéticos” sino en aportar nutrientes como vitaminas, minerales y ácidos grasos sanos.
En otro sentido, un beneficio de concentrarse en la alimentación por nutrientes y no por calorías es que este hábito ayuda a cambiar para bien ciertos aspectos de nuestro estilo de vida, en lugar de sentir constantemente que vivimos cohibidos, con privaciones o controlados. Con ello, las elecciones positivas pueden mantenerse toda la vida, en lugar de sumarse como restricciones frustrantes que al final, cual olla exprés, nos hacen desesperar y buscar con más ansias lo “prohibido”.
Por supuesto, esto no se debe entender como una invitación para dar rienda suelta a los antojos. Lo que se busca es lograr una nutrición integral rica en calidad y calóricamente razonable, que aporte lo necesario para que el organismo funcione adecuadamente. Asimismo se pretende evitar caer en desórdenes alimenticios, deficiencias nutrimentales y problemas de sobrepeso. Por lo tanto, es una invitación a vivir con plenitud a través de una alimentación variada y saludable.
5 libros que puedes leer para aprender a comer saludablemente:
1. Adelgazar sin milagros, Carlos Abehsera.
2. Comer sano para vivir más y mejor, José Enrique Campillo.
3. Comer sin miedo, J. M. Mulet.
4. Eres lo que comes: la dieta que cambiará tu vida, Gilliam McKeith.
5. Inteligencia nutricional, Magda Carlas.