Se habla de la tríada mesoamericana al referirse a los tres productos básicos que conformaban la alimentación prehispánica en el territorio que abarcaba Mesoamérica –la mitad meridional de México, Guatemala, Belice, El Salvador, el occidente de Honduras, Costa Rica y Nicaragua–. Estos alimentos crecían en el agroecosistema tradicional de esa zona y podían consistir en maíz, frijol y chile o maíz, frijol y calabaza. Particularmente el maíz fue considerado, además de un alimento indispensable, dador de vida y materia con la que los dioses crearon al hombre. Con ello, resulta evidente que la razón por la que actualmente México es el país con más vegetarianos en Latinoamérica es principalmente histórica.

De acuerdo con un estudio global realizado por Nielsen a 30 mil personas de 63 países distintos sobre salud y percepciones de Ingredientes, 9% de los mexicanos encuestados se declara vegano, 19% vegetariano y 15% flexitariano (consume un mínimo de carne). Estos porcentajes superaron a los de todos los otros países de Latinoamérica, siendo el segundo y tercer lugares Brasil y Perú, respectivamente.

Como es de esperarse, al preguntar los motivos por los que cada persona lleva este tipo de alimentación, la respuesta no tuvo relación con motivos históricos o de tradición, sino más bien con convicciones como “respeto a los animales” –respuesta que se repitió un 36% de las veces–. Esto naturalmente obedece a la cercanía que ha generado el hombre con otras especies y, sobre todo, con aquellas que se tienen como mascotas y que ahora forman parte de un nuevo modelo de familia en el que existe una relación y una filia similar a la de padres e hijos entre humanos y mascotas. Sin duda, la empatía con otras especies ha traído efectos positivos en términos de alimentación, pues incluso quienes no son vegetarianos o veganos están cada vez más dispuestos a reducir su consumo de carne. Así, en la encuesta de Nielsen, 51 de cada 100 mexicanos respondió que estaría dispuesto a dejar de comer carne y sus derivados, mientras que 28.8% dijo que es muy probable que al menos reduzca su consumo.

Si bien estas transformaciones son decisiones de vida importantes, el tema histórico de la alimentación en México es un punto a favor de la gente que desea ser vegetariana, vegana o flexitariana. Basta con pensar en algunas de las recetas más populares de esta gastronomía declarada Patrimonio de la Humanidad: tlacoyos, huauzontles, esquites, sopa de tortilla, sopes… Aunque en algunas recetas prehispánicas se utilizaban cárnicos como armadillos, xoloitzcuintles, tlacuaches, guajolotes y peces, en realidad fueron las costumbres alimenticias árabes y españolas, así como su introducción de animales como vacas, cerdos y venados, lo que transformó la gastronomía local. Entonces, quizá lo que nos queda pensar es que la adopción de una dieta vegetariana en México no es cuestión de tendencia, sino de una vuelta a los orígenes. 

¿Tú estarías dispuesto a volverte vegetariano?