La ventaja del yogurt que se obtiene del kéfir es que puede ser consumido por las personas que son intolerantes a la lactosa, ya que en el proceso de fermentación se transforma la lactosa en ácido láctico.
Para prepararlo necesitas 150 gramos de nódulos de kéfir y 750 mililitros de leche (de preferencia entera). Coloca ambos ingredientes en un recipiente de vidrio o plástico, tápalo con un paño de manta de cielo y deja reposar a temperatura ambiente entre 24 y 36 horas.
Después, cuélalo con un colador de plástico (nunca uses utensilios de metal) y el líquido obtenido estará listo para beber. Para preparar más yogurt, repite el proceso y lava los nódulos de kéfir con agua limpia una vez a la semana.
Puedes beberlo natural, agregarle granola o trocitos de fruta, o bien, prepararte un smoothie con la fruta de tu preferencia y un poco de hielo.
Si quieres probar con la yogurtera, en el mercado existen diversos modelos de marcas, como Dash, Euro Cuisine, Oster y Proctor Silex.
La yogurtera consiste en una base que calienta, frascos de cristal para colocar la preparación que se convertirá en yogurt y un recipiente de plástico donde se colocan los frascos.
Para preparar el yogurt se utiliza leche (puedes usar de vaca o leche vegetal) y la fermentación ocurre gracias a la temperatura generada por la base, que se mantiene entre 40 y 50 grados.
Para preparar siete vasos de yogurt necesitas: un vaso de yogurt natural convencional, del que compras en la tienda (sólo lo utilizarás la primera vez, y si quieres preparar un yogurt vegano puedes comprar uno hecho con leche vegetal), 1 litro de la leche de tu preferencia y un vaso lleno de leche en polvo (también puedes utilizar una alternativa vegana).
Para empezar, pon a hervir la leche y después déjala enfriar. A continuación, licua todos los ingredientes hasta que tengas una mezcla homogénea. Vierte la mezcla en los frascos de vidrio y acomódalos dentro de la yogurtera. Ciérrala bien y ponla a funcionar.
Espera 8 horas para que se dé la fermentación. La mayoría de las máquinas te avisan cuando el proceso está listo, y es importante que no la abras ni la muevas durante el tiempo que tarda en realizarlo.
Cuando la fermentación ha terminado, deja reposar el yogurt a temperatura ambiente para que se enfríe y luego colócalo un par de horas en el refrigerador. Transcurrido este tiempo, estará listo para consumirlo. Recuerda guardar uno de los yogures preparados para cuando elabores los próximos (lo vas a usar en lugar del que compras en la tienda).
Este yogurt casero se conserva hasta 10 días si lo colocas en un lugar fresco, y con el paso de los días adquiere una consistencia más espesa. Al igual que el que se obtiene del kéfir, se puede consumir natural o agregarle frutas y cereales para variar su sabor.