Los lípidos también se conocen como grasas. Hablar de grasas no significa hablar de algo malo para el cuerpo. Incluso, hay grasas que nuestro cuerpo necesita para transportar por la sangre diversas vitaminas como la A, D, E y K, así como para producir hormonas fundamentales para ayudar al sistema nervioso y cerebral, como reserva energética y para proteger a los órganos de cuerpo.
Además de lo antes mencionado, los lípidos también intervienen en las funciones reproductivas, la salud de la piel, del cabello y más; pero su consumo en exceso produce problemas como hipertensión (presión arterial alta), embolias o infartos. Algunos de los lípidos que conocemos son las grasas, los ácidos grasos saturados e insaturados, la lecitina, el colesterol y los esteroides. Estos últimos son lípidos derivados.
El total de grasa que se ingiere en un día no debe exceder del 20% del valor calórico total. Por ejemplo, si una dieta tiene un promedio de 1,800 kcal, el 20% son 360 kcal y estas mismas se dividen entre 9 kcal por gramo, resultando así un consumo de 40 gramos de grasa diarios en promedio. Este dato es personal, pero es importante calcularlo pues una dieta alta en grasas se relaciona con mayor incidencia de enfermedades como cáncer, con desórdenes autoinmunes, enfermedades cardiovasculares y del sistema circulatorio.
Para eliminar las grasas en exceso del cuerpo se recomienda una dieta alta en fibra, ingesta suficiente de agua, ejercicio o mediante metabolizadores de grasa en forma de suplemento.
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