Cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, fecha que fue declarada desde 1993 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esta conmemoración tiene el objetivo de recordar la necesidad de administrar y cuidar los recursos de agua dulce del planeta, ya que ésta juega un papel clave en la reducción de la pobreza, así como en el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.
Debido a que el agua propicia el bienestar de la población y el crecimiento inclusivo en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y energética, a la salud humana y al medioambiente, en 2019 el lema de la celebración es “No dejar a nadie atrás”.
Este lema tiene el objetivo de prestar atención a los grupos más vulnerables del planeta: mujeres, niños, refugiados, pueblos indígenas y personas discapacitadas, los cuales son a menudo ignorados o discriminados en el acceso al agua potable que necesitan.
Debido estas cifras, los retos actuales son: reducción del número de personas que no tienen acceso a servicios de agua potable y de saneamiento, disminución del número de muertes por enfermedades diarreicas y tratamiento o reutilización de aguas residuales, entre otros no menos importantes, como el uso consciente de los recursos hídricos.
El Día Mundial del Agua es una fecha que invita a la reflexión, porque toda persona debe disponer de agua suficiente, segura, accesible y asequible para uso personal y doméstico, el cual comprende agua para el consumo, el saneamiento, la preparación de alimentos y la higiene personal y doméstica sin discriminación.
Aunque el uso del agua es algo tan cotidiano y sencillo como abrir el grifo, la próxima vez que lo hagas, sé consciente de la gran cantidad de personas que no tienen acceso a este recurso y que deben esperar días o recorrer kilómetros para conseguirlo, y utilízala responsablemente, sin desperdiciarla de manera innecesaria.
Con información proporcionada por Sergio Dondisch, de WaterStation