No puede haber luz sin oscuridad. Es un principio básico del yoga y de muchas otras filosofías que buscan la paz interior. Comprenderlo en todas sus implicaciones y aceptarlo como parte de la impermanencia de este plano terrenal es una de las claves para alcanzar la dicha.
Seguro te ha pasado que cuando vives un momento difícil, cuando te enfrentas a una situación que te reta emocionalmente o simplemente cuando sufres un shock, todo parece conspirar contra ti. La angustia, el miedo y la inseguridad son sentimientos con potencial dominante. Esto quiere decir que le hacen creer a tu mente que no hay nada más. No hay balance ni dualidad, sólo oscuridad.
El sismo del 19 de septiembre del 2017 fue uno de esos eventos que colectivamente nos hizo sentir el terror y la vulnerabilidad. Si eres de los que no vivieron el del '85 o estabas muy joven para recordarlo, sin duda el 19S marcará tu historia para siempre. Y si perteneces a una generación que padeció el gran sismo del '85, lo más probable es que aquellas impresiones hayan revivido en ti.
A 1 año de distancia, todavía es complicado escuchar la alerta sísmica, y miles de personas aún duermen con una maleta de emergencia cerca e incluso siguen sin recuperar su hogar. Esa es la sombra del desastre. Pero, ¿has pensado en su parte luminosa?
Una buena idea para cerrar simbólicamente este ciclo es explorar lo bueno que dejó. ¡Sí, claro que también tiene luz! Por ejemplo, saber que la unión hizo la fuerza, y esa increíble experiencia de ayudar a otros que ni siquiera conocías, desde prepararles un sándwich hasta organizar colectas o ayudar a limpiar escombros.
También la oportunidad de entender que vale la pena disfrutar cada día, aunque suene muy cursi. Y tener la certeza de que incluso en los tiempos más oscuros se asoma la luz.
En pocas palabras, la invitación es a que honres tu experiencia del 19S. Como haya sido, no la juzgues, hónrala desde la serenidad y acepta todo lo que hasta la fecha te genera. Es parte de un proceso y no tiene plazo, así que la paciencia es importante.
Finalmente, dedica un pensamiento positivo a todos aquellos que perdieron a un ser querido o su hogar. Que el tiempo los sane y sane a todos.