Desde 1992, cada 19 de noviembre se conmemora el Día Internacional del Hombre, fecha promovida por Thomas Oaster, profesor de la Universidad de Missouri-Kansas, en Estados Unidos, quien buscaba destacar el rol positivo de los hombres y las contribuciones del género masculino a la sociedad.
La iniciativa fue apoyada por el Programa Mujeres y Cultura de Paz de la UNESCO, por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, a diferencia del Día Internacional de la Mujer, el día del hombre no es una iniciativa global de la ONU.
Los objetivos del Día Internacional del Hombre son: celebrar modelos masculinos positivos, aumentar la conciencia sobre los problemas de los hombres y promover la salud y el bienestar de los hombres, tanto física como emocionalmente.
Para lograrlos, la celebración se sustenta en seis pilares básicos:
- Promover modelos masculinos positivos, que se alejen de los estereotipos que obligan a los hombres a mostrarse siempre fuertes aunque esto implique ocultar sus emociones, necesidades y vulnerabilidades.
- Celebrar las contribuciones del hombre a la sociedad, a la familia, al cuidado de los hijos y del medioambiente.
- Fomentar el cuidado de la salud y el bienestar de los hombres, tanto física como espiritual, mental y emocional. Para ello, es necesario erradicar la idea de que las revisiones médicas afectan su masculinidad (como aquellas en las que se involucran sus órganos sexuales) o que buscar ayuda emocional o psicológica los hace “menos hombres”.
- Poner de relieve la discriminación contra los hombres en las actitudes y expectativas sociales. Esto implica dejar a un lado ideas como que “los hombres no lloran”, para que ellos sean capaces de reconocer, aceptar y externar sus emociones.
- Mejorar las relaciones de género y promover la equidad de género.
- Crear un mundo más seguro y mejor donde los hombres puedan alcanzar su potencial pleno.