Cada relación de pareja es diferente, pero los expertos han identificado algunos patrones comunes para mantenerlas saludables y prósperas, como puede ser resolver los conflictos de manera equilibrada, evitar caer en la rutina al agregar un poco de novedad de vez en cuando, tener y brindar una sensación de estabilidad y confianza, mantener una buena comunicación, entre otras recomendaciones.
Pero además de esto, existe una práctica que deberían seguir todos los que están o buscan estar en una relación de pareja, y que debería ser un punto imprescindible y no negociable para mantener una relación sana.
Ese ingrediente que no debe faltar es tener una vida individual plena antes de tener una pareja. Y es que muchas personas tienen la idea de que su vida se completará cuando encuentren a su media naranja, o que la felicidad llegará cuando tengan una pareja estable; cuando en realidad, es necesario sentirse completo y feliz sin necesidad de tener una pareja.
Esto significa que es necesario erradicar el mito de la media naranja, del alma gemela y todas esas ideas que nos hacen creer que somos seres incompletos, que necesitan de alguien más para alcanzar la plenitud, la realización y la felicidad.
Es necesario entender que el amor no significa encontrar a alguien que te hará feliz, sino ser de entrada una persona feliz y encontrar a alguien que también lo sea, para compartir la felicidad de ambos y así construir una felicidad en común.
Para ello, hay que solidificar diferentes aspectos de la propia vida antes de buscar pareja y, definitivamente, antes de establecer una relación seria. Si no tienes tu propia infraestructura de tus propios amigos, tus propios pasatiempos, tus propias prácticas de bienestar y tu propia higiene mental antes de iniciar una relación, la probabilidad de que la relación sea funcional o sostenible es bastante baja.
Tener tu propio mundo fuera de tu pareja es algo que ayuda a evitar la codependencia, pues ambos saben que pueden hacer cosas por su cuenta y que son capaces de ser felices y disfrutar cada momento, tengan o no a su pareja al lado; además, la autonomía y la plenitud ayudan a tener una mayor confianza uno en el otro.
Dicho esto, dedica tiempo a explorar tus propios intereses y a conocerte a ti mismo antes de invertir ese tiempo en otra persona; esto te ayudará a mantener la individualidad en la relación y a hacer de ti un ser completo, que podrá ser feliz con o sin pareja.
Si ya estás saliendo con alguien o te encuentras en una relación, no te olvides de dedicar un tiempo para ti mismo, para lo que te gusta y para conocerte mejor; y asegúrate de que tu vida sea autosuficiente. De esta manera, puedes permanecer a la relación comprometida con confianza y una base sólida.
Algo muy importante para mantener tu plenitud e individualidad al estar en una relación es que no debes caer en el error de dejar todo por tu pareja; sin importar que sus gustos no coincidan en todo, debes seguir dedicando tiempo a lo que disfrutas, a lo que te llena y te hace bien, aunque tu pareja lo deteste.
Por ejemplo, si te gusta hacer ejercicio, pero tu pareja lo odia, pueden negociar para compartir en otro momento del día alguna actividad que ambos disfruten y que la otra persona se dedique a alguno de sus pasatiempos mientras tú te ejercitas; pues sería un grave error dejar de hacerlo, sólo porque a tu pareja no le gusta.
Otro punto importante es que, aunque tengas pareja, no descuides el resto de tus relaciones. Está bien y es comprensible que tu pareja se vuelva una de tus prioridades, pero es importante que reserves cierto tiempo a la semana, o al menos al mes, para salir solo con tus amigos, ir a visitar a tus padres, pasar tiempo con tus hermanos u otros familiares, etcétera. No te aísles del mundo ni dejes morir otras relaciones sólo porque tienes pareja.