Los métodos para la crianza de los hijos han cambiado con el tiempo, pero los valores que se deberían inculcar a los niños, como el respeto, la bondad, la generosidad y la compasión, se mantienen sin importar la época.
Por ello, más allá de lo que aprendan en la escuela o de la influencia que puedan tener en sus amistades y en los personajes que ven en televisión o que siguen en redes sociales, lo más importante para la educación de los pequeños es lo que ven en sus propios padres.
Recuerda que, sobre todo durante sus primeros años de vida, los niños aprenden por imitación, así que lo que vean que sus padres hagan, ellos lo replicarán. Tú como padre o madre eres su guía, ejemplo y modelo a seguir, así que procura ser el adulto en el que quieres que tus hijo se conviertan.
Las siguientes son 10 enseñanzas que te ayudarán a que tus hijos tengan una mejor crianza y un desarrollo más adecuado, sobre todo en cuanto a emociones, sentimientos, principios y valores se refiere.
Actualmente, el mundo se ha vuelto muy competitivo en el aspecto material. Las personas buscan tener la mejor ropa, el mejor celular, el mejor coche, lo más caro, lo más moderno, etcétera.
Si en vez de eso, la gente se esforzara por ser mejores personas, por compartir y ayudar a los demás, el mundo sería un lugar más amable. Enséñales a tus hijos que dar o ayudar sin esperar recibir una recompensa y compartir lo que tienen es más satisfactorio que comprarse algo sólo porque está de moda.
Al final del día, son las pequeñas cosas las que realmente llenan de alegría el corazón y se convierten en los recuerdos más valiosos. Los momentos sencillos que disfrutan juntos tú y tus hijos, los abrazos que les das para reconfortarlos, el almuerzo que les preparas cuando van a la escuela o la comida que les das al regresar a casa, son el tipo de cosas cosas que con más amor y alegría recordarán.
Enséñales a tus hijos lo que realmente importa desde pequeños y ellos lo recordarán por el resto de su vida. No estarán condicionados a perseguir las cosas equivocadas para la aceptación o la felicidad, y siempre se tomarán un tiempo de su día para simplemente apreciar estar vivos.
Muchas personas se estancan, ya sea porque sienten que no merecen algo mejor, porque caen en una zona de confort o simplemente se cansan de buscar algo más. Sin embargo, si no te sientes realmente feliz donde estás ahora, siempre puedes hacer algo mejor por ti mismo. El conformismo conduce a sentimientos de apatía, frustración y desilusión, y nadie merece sentirse así.
Enséñales a tus hijos a buscar y hacer lo que les hace felices, a perseguir lo que quieren en la vida y a no darse nunca por vencidos. Diles y demuéstrales que deben seguir sus ideales, así como luchar por lo que quieren y exigir lo que merecen (como amor y respeto), sin importar lo que los demás piensen o digan.
No importa a lo que te enfrentes en la vida, si tienes lo necesario para cubrir todas tus necesidades, lo estás haciendo mejor de lo que crees. Es necesario recordarles a los niños este simple hecho de la vida, porque la cultura moderna les enseña que están incompletos si no tienen lo último, lo más moderno o lo que todo mundo tiene.
Enséñales a los niños a no lamentarse por lo que les falta, sino a agradecer por lo que tienen y esforzarse por mejorar y poco a poco obtener eso que les falta y de verdad necesitan. Así aprenderán a no desear nada fuera de lo que realmente es valioso y necesario. Después de todo, Buda lo dijo mejor: "El deseo es la raíz de todo sufrimiento".
La bondad no cuesta un centavo, pero tiene un gran valor cuando se da de manera desinteresada. Así que inculca este valor en tus hijos, cultiva en ellos la generosidad y la satisfacción por ayudar a quien lo necesita.
Enséñales a los pequeños a ser amables con todas las personas, incluso si se trata simplemente de devolverles una sonrisa, ayudar a alguien a poner las bolsas de las compras en su automóvil o incluso mantener la puerta abierta para ellos. Enséñales a permanecer presentes en el mundo real que sucede a su alrededor, porque las personas necesitan ayuda todos los días y pueden ofrecerla si mantienen el corazón abierto.
Muchas veces, las diferencias de opinión conducen a discusiones y grandes conflictos. Imagínate cuánto sufrimiento se podría evitar si todas las personas se tratasen unas a otras con respeto, independientemente de sus diferencias y desacuerdos.
Enseña a tus hijos a tratar a todas las personas con dignidad, compasión y respeto, incluso si no tienen nada en común con ellos. Recuérdales, a través del ejemplo, que pueden ser amables con los demás, independientemente de las diferencias que puedan existir, y que se debe respetar a todas las personas sin distinción.
Este mundo puede llevarte en tantas direcciones diferentes que ni siquiera puedes pensar con claridad, pero la verdadera brújula está dentro de ti. Por eso, siempre que debas tomar una decisión, debes seguir lo que diga tu corazón, lo que te haga feliz de verdad y lo que sea mejor para ti.
Enséñales a tus hijos que, independientemente de lo que el mundo intente decirles, sólo ellos conocen las respuestas reales y saben lo que les hace sentir bien y felices. Enséñales a mirar hacia adentro en lugar de buscar fuera de sí mismos el camino correcto, porque su corazón les guiará.
Es muy importante que, para empezar, tú tengas muy claro que tus hijos no están para complacerte ni para hacer lo que tú no pudiste, sino para crear su propio camino y encontrar lo que a ellos les haga sentir felices y plenos.
Cuando tengas esto más que claro, enséñales que no deben buscar dar gusto a los demás ni preocuparse por lo que opinen de ellos. Diles y demuéstrales que deben mantenerse fieles a sí mismos, sin importar cómo los perciban los demás. Enséñales que su propia opinión de sí mismos es mucho más importante que la de otros que no conocen su historia.
También enséñales que sólo son responsables de sus propios sentimientos y emociones, y que no deben dejar que otras personas los arrastren a su propia miseria. No pueden controlar las situaciones, pero pueden hacerse cargo de cómo reaccionan ante ellas. Finalmente, hazles ver que su felicidad está en sus propias manos y no deben colocarla en las de nadie más.
La mente es poderosa y los pensamientos que ella alberga constantemente son los que suelen volverse realidad; por ello, enseña a tus hijos a ser conscientes de sus pensamientos y a tratar de ver las cosas de manera optimista. La negatividad agota su energía, mientras que la positividad se suma a ella. Enséñeles a ver el lado positivo de las cosas y la vida no parecerá tan desafiante.
Además, de tu lado como padre o madre, busca fortalecer su amor propio, su autoaceptación y autoestima al destacar sus cualidades, reforzar sus habilidades, enseñarles a aceptar sus defectos y a trabajar en sus áreas de oportunidad.
Si les dices a los niños que son tontos, flojos o incapaces de algo, eso es lo que su mente creerá y en eso se convertirán, así que procura decirles cosas constructivas y edificantes, como:
Esta es quizás una de las cosas más importantes que puedes decirles a tus hijos antes de que comiencen a crecer y permitan que el miedo los paralice. Si bien es importante que se vuelvan conscientes de su entorno y aprendan a actuar con razón para no ponerse en riesgo, no se pueden pasar toda la vida con miedo a lo que hay afuera y alrededor.
Es importante que dejes que aprendan a caerse y levantarse, que no les evites el dolor y el sufrimiento, sino que estés ahí para ayudarlos a levantarse y lidiar con él. Enséñales que los errores y los fracasos son parte de la vida y que no se trata de evitarlos a toda costa, sino de aprender de ellos.
Enseña a tus hijos a ver las oportunidades cuando se cierra una puerta, porque eso sólo significa que esa no era la puerta adecuada para ellos. Enséñales que los errores son una parte saludable del ser humano, y mientras aprenda de ellos, eso es todo lo que importa al final.
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