¿Eres hijo único, tienes uno o conoces a alguien que lo es? Seguramente has escuchado ciertos estereotipos sobre las personas que crecen sin hermanos, como la idea de que son egocéntricos, consentidos y caprichosos. Pero, ¿qué hay de cierto en esas creencias?
Para comprender mejor las características que suelen compartir los hijos únicos, es necesario revisar primero la teoría adleriana del orden de nacimiento, que fue desarrollada en la década de 1960 por el psicoterapeuta Alfred Adler. En el caso de los hijos únicos, se les relaciona con las características de los "primogénitos" dentro de esta teoría.
- Primogénitos: Se les considera líderes y solucionadores de problemas, además de responsables, confiables, cautelosos y orientados al logro. Debido a que suelen recibir la mayor atención de los padres, se espera mucho de ellos, lo que resulta en un profundo sentido de responsabilidad.
- Hijos del medio: Es posible que hayas oído hablar del "síndrome del niño del medio", que se cree que es causado por la falta de atención de los padres. Si bien no siempre es así, en ocasiones los niños del medio pueden sentirse ignorados, carecer de confianza y, según la teoría de Adler, tener problemas para defenderse o encontrar su lugar o función.
- El hijo más joven: Se cree que ser el más pequeño da como resultado una persona algo mimada. La teoría de Adler sugiere que los bebés de la familia tienen más probabilidades de ser malcriados, lo que puede llevar al egocentrismo.
5 características de un hijo único
Si bien cada persona es diferente y desarrolla rasgos distintivos de acuerdo con su personalidad y el entorno en el que se desenvuelve, estos son algunos de los rasgos comúnmente asociados con los hijos únicos:
- Independencia: Se vuelven muy independientes porque no hay otro niño en la casa en quien apoyarse. A medida que envejecen, esta independencia también puede traducirse en una necesidad de más espacio que los demás, es decir, suelen necesitar más tiempo a solas y les gusta disfrutar cosas por su cuenta.
- Orientación al logro: Dado que los padres pueden dedicar su atención únicamente a ellos, en lugar de a varios hermanos, los hijos únicos (como los hijos mayores) pueden tener más expectativas puestas en ellos y sentir una mayor necesidad de tener éxito. Los hijos únicos pueden convertirse en grandes triunfadores, ya que ponen mucho peso en sus logros y victorias.
- Ambición: De la mano con el punto anterior, los hijos únicos a menudo son ambiciosos, esto puede deberse a que los padres les dicen y les hacen creer que pueden hacer cualquier cosa y hacer realidad cualquier sueño; y aunque cualquier hijo puede escuchar esto de sus padres, por sus características, los hijos únicos son los que pueden tomárselo más en serio.
- Problemas para compartir y comprometerse: A veces, los hijos únicos pueden tener problemas para compartir o comprometerse. Algunos pueden luchar con algunos problemas de adaptación al socializar y relacionarse, pero eso depende principalmente de las oportunidades que han tenido desde pequeños de convivir con otros niños de su edad.
- Cercanía con la familia: Ser hijo único puede hacer que una persona sea particularmente cercana a sus padres. Suelen tener relaciones más estrechas con sus padres durante la infancia y la edad adulta.
Estas características indican que no tener hermanos no afecta como tal el desarrollo de un niño; al menos las investigaciones no han demostrado que los hijos únicos estén en desventaja respecto a los niños que crecen con hermanos. Por el contrario, el hecho de tener más atención y tiempo de sus padres tiene principalmente beneficios positivos para su desarrollo cognitivo, social y emocional.
Lo más importante para que el desarrollo de un hijo único sea óptimo y no vea afectada su capacidad para relacionarse en el futuro, es que se le dé la oportunidad de convivir con personas ajenas a su núcleo familiar, sobre todo con otros niños.
Además, es importante enseñarles la importancia de compartir; dejarlos tomar sus propias decisiones, permitir que se equivoquen y cultivar en ellos la resiliencia; es necesario inculcarles valores como el respeto y la empatía, para evitar criar personas egocéntricas; así como establecer límites saludables para no consentirlos de más.
Si eres un adulto y te preocupa mostrar algunos de los aspectos negativos de ser hijo único, la conciencia de ellos es una de las mejores cosas que puedes cultivar. Ser consciente de tendencias como el rendimiento excesivo (que puede llevar al agotamiento) o la búsqueda de atención es el primer paso para superarlas.
Y si crees que ser hijo único te ha afectado negativamente de alguna manera, nunca es demasiado tarde para deshacerse de los viejos hábitos y crear una mejor versión de ti mismo; el trabajo en terapia te puede ayudar a lograrlo.
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