Aunque aún se conoce poco, la coparentalidad ha tomado mayor fuerza entre las personas que han decidido tener un hijo y que no necesariamente están interesadas en una relación. No buscan casarse, tener pareja o haber estado casados para ser padres/madres; tampoco se trata de inseminación artificial, ni de gestación subrogada. 

La coparentalidad suena en el mundo moderno. Antes, este modelo lo llevaban a cabo parejas separadas con hijos en común, pero ¿por qué pasar por ese trámite? La coparentalidad es para quienes no están interesados en tener una familia tradicional sino simplemente en ser papás, pero que tampoco quieren asumir el rol solos. 

Esta nueva tendencia trata de que un niño sea criado de igual manera por el padre y la madre, aunque éstos no tengan ningún tipo de relación sentimental. Esto quiere decir que dos personas que quieren tener descendencia se implican de igual manera en la gestación, la educación y el cuidado del hijo, con custodia compartida.

Es un tema que, quienes están interesados, ya no tienen tabú en hablar. Quizá no es una información que compartan con todos porque pueden no entenderlo, pero el objetivo es claro. Ya hay páginas en internet que facilitan este tipo de contacto y hay personas que afirman estar satisfechas con la decisión que tomaron.

Los niños que son producto de este tipo de relaciones suelen ser estables emocionalmente y muy felices porque, como explica el psicoterapeuta Mario Guerra, nunca estuvieron en medio de las peleas de pareja y un posterior divorcio.

Y es que lejos de las relaciones matrimoniales que acaban mal y que tienen hijos cuya custodia termina en los tribunales, la coparentalidad se basa en la relación de amistad entre dos personas a las que las une la pretensión de ser padres.

Así, las mujeres y los hombres que toman este tipo de decisiones para fecundar también buscan un equilibrio entre su vida familiar y laboral además de una estabilidad económica para procurar una buena vida para su hijo, a la par del interés de que en todas las fases de la vida del niño estén presentes las figuras paterna y materna.

La coparentalidad se postula como un nuevo modelo de familia hasta ahora poco conocido. ¿Habrá relaciones más sanas? ¿Niños más seguros y amados? Aunque el psicoterapeuta Guerra advierte que para muchos sectores el tema causará mucho ruido y molestia, todo indica que puede ser algo bueno para la sociedad.

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