Aunque los tiempos han cambiado, todavía hay muchas personas que sueñan con encontrar a su pareja ideal para casarse y formar una familia, de modo que el matrimonio se suele asociar con una vida plena y feliz, mientras que la soltería se relaciona más con soledad, frustración y una serie de cuestiones negativas.
Sin embargo, en la realidad las cosas no siempre son así en ninguno de los dos casos, pues así como hay matrimonios felices e infelices, también hay personas solteras felices e infelices; todo depende de las elecciones y decisiones personales, así como de la forma en que se viva el camino que se eligió: el matrimonio o la soltería.
Además, algunos estudios científicos indican que la soltería podría ser incluso más benéfica para la salud y el bienestar que una vida en pareja. "Los estudios que miden variables de salud y psicología entre las personas casadas y solteras para concluir que casarse te hará más feliz y vivir más y mejor llevan años engañándonos", advierte Bella de Paulo, psicóloga social, doctorada por la Universidad de Harvard.
De Paulo explica que las investigaciones que enaltecen la vida en pareja siempre toman como referencia a personas que están casadas en el momento del estudio. No obstante, según la especialista, ese criterio deja fuera a los infelizmente casados, entre los que se encuentran todas las parejas divorciadas y separadas, que simplemente no aparecen en esas estadísticas, como si nunca se hubieran casado.
Los siguientes son algunos de los beneficios que la ciencia atribuye a la soltería y que afectan positivamente tanto la salud física como emocional y mental de quienes deciden permanecer solteros.
La sociedad suele imaginar a los solteros como personas que se la pasan de fiesta, beben y se desvelan. Sin embargo, las cosas podrían no ser tan extremas y quizá los solteros cuidan más su alimentación y actividad física.
Diversos estudios sobre actividad física indican que los solteros son más conscientes de los hábitos que les favorecen, pues mientras los casados deciden dedicar más tiempo a su pareja o familia (si ya tienen hijos), los que viven solos dedican más tiempo a cuidar su forma física y hacer ejercicio. Según las investigaciones, los solteros (sobre todo los hombres) dedican más tiempo al ejercicio que los casados.
Por otro lado, de acuerdo con un estudio publicado en el Journal of Marriage and Family, que duró 8 años y en el que participaron más de 9 mil personas con diferentes estados civiles, los solteros (los hombres en especial) gozaban de corazones más saludables.
De la mano con esto, tal parece que hay mucho de cierto en esa afirmación de que las parejas casadas tienden a subir de peso juntos, lo cual, por supuesto, afecta la salud en general, especialmente la cardiaca.
Un importante estudio, realizado por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos con 100 mil personas, indica que las personas casadas engordan más que las solteras. En un análisis realizado en Australia con 6 mil mujeres durante 10 años se llegó a la misma conclusión: las mujeres casadas, y aún más las casadas con hijos, engordaban más que las solteras. Y en un estudio anterior se formuló la teoría de que los hombres con hijos tienen una tendencia mayor a la obesidad debido a factores sociales y del comportamiento, entre otras razones.
Contrario a lo que pueda pensarse, de que las parejas casadas tienen más y mejor sexo al estar bajo el mismo techo, la realidad suele ser lo contrario, y más aún conforme el tiempo pasa, los hijos llegan y el estrés y la rutina se infiltran en la pareja.
De acuerdo con diversas encuestas, las personas casadas, las que tienen una pareja estable y los divorciados practican cada vez menos sexo, mientras que los solteros tienen una vida sexual cada vez más activa.
De Paulo explica que "sobre los inconvenientes sexuales a los que pueden enfrentarse los hombres, como problemas de erección, eyaculación precoz o dolor durante las relaciones, los solteros no tienen nada que envidiar a los casados. Y cuando ambos grupos arrojan resultados diferentes, son los que han dado el ‘sí’ los que tienen más dificultades".
Aunque dormir en una misma cama es una costumbre inherente a la vida matrimonial, no es lo más sensato cuando de calidad de sueño y descanso se trata.
Para dormir bien, cada persona requiere de ciertas características en su entorno: más o menos oscuridad, más frío o más calor, sábanas delgadas o cobertores afelpados, un colchón más blando o más rígido, etcétera. Así, llegar a acuerdos que logren satisfacer a ambos miembros de la pareja puede ser muy complicado, con lo que al final, al menos uno de los dos terminará por no dormir bien.
Y a esto se suman hechos como que la pareja se mueva demasiado por la noche, que se levante al baño y deba encender las luces, que tenga costumbres extrañas como poner 10 alarmas antes de levantarse, o que ronque (se calcula que 50% de los hombres y 25% de las mujeres roncan). Así pues, tener una buena calidad de sueño y un descanso reparador puede resultar más difícil al estar en pareja.
En realidad no hace falta estar casado para descuidar otras relaciones, como las familiares y amistosas, pues muchas personas dejan de frecuentar a familiares y amigos cuando están en una relación de pareja aunque no se casen. Por ello es importante mantener un equilibrio y tener tiempo para dedicarle a esas otras personas, sin que eso signifique que no se quiera a la pareja o que se la desatienda.
Un análisis realizado por la Universidad de Massachusetts acerca de las relaciones de los estadounidenses con su entorno indica que las personas solteras tienden a estar más en contacto con sus familiares y amigos y tienen una mayor tendencia a, por ejemplo, pedir o brindar ayuda y apoyo a sus padres, hermanos, vecinos y amigos, en comparación con las personas casadas, que suelen vivir más en su isla familiar.
Independientemente de tu estado civil, ten presente que las relaciones saludables forman parte del bienestar, la salud en todos los ámbitos y la felicidad. Un entorno con relaciones familiares y amistosas saludables y fuertes se traduce en menos enfermedades crónicas, como diabetes, alta presión, problemas psiquiátricos y complicaciones coronarias.
Como puedes ver, así como hay estudios que dicen que la vida de casado es mejor, otros indican lo contrario y promueven la soltería como un estado más saludable. Al final, todo depende de la forma en que se lleven ambos estados.
Puedes ser un soltero o un casado feliz o infeliz, pues todo depende de cuál haya sido tu elección y las razones detrás de ella, de la pareja que eliges y de cómo la eliges, así como de la manera en que vivas y disfrutes o no del matrimonio o de la soltería.
Al final, la felicidad no está en los demás, ni en una pareja, ni en el entorno, sino en ti, y sólo de ti depende tu bienestar: cuidar tu salud física, mental y emocional está en tus manos, tengas o no pareja.