Siempre se dice que la comunicación es una pieza muy importante para poder mantener buenas relaciones interpersonales, pero ¿qué significa realmente comunicarse bien en una relación y cómo se puede mejorar la comunicación al relacionarnos con los demás?
Comunicarse bien en una relación significa que tú y la otra persona pueden tener conversaciones abiertas, claras y honestas sobre todos los temas que sean relevantes para el tipo de relación que mantienen, sobre los límites de ambos dentro de la relación, así como sobre aquello que necesitan, quieren y sienten.
Al mantener este tipo de comunicación, ambos miembros de la relación se pueden sentir comprendidos, tomados en cuenta y cuidados, en un espacio seguro compartido, que se base en la comprensión y la vulnerabilidad mutuamente acordadas y sin prejuicios. Al hacer esto, se crea una reciprocidad saludable y un lenguaje amoroso que mantiene el respeto mutuo.
1. Establece pautas sobre cómo deseas abordar la comunicación. Habla con la otra persona sobre cómo ambos quieren manejar los desacuerdos, cómo iniciar esas conversaciones y qué harán si la conversación se torna demasiado acalorada.
2. Hagan de la honestidad un pilar de la relación. Para mantener una buena comunicación y una buena relación basada en la confianza, es necesario que ambas partes sean honestas y tengan la apertura de hablar de los problemas, de lo que les molesta del otro y de la relación, así como de lo que sienten, en lugar de reprimirlo por temor al conflicto.
3. Habla con tranquilidad. Cuando surjan desacuerdos o discusiones, evita alzar la voz y procura darte un momento para tranquilizarte, antes de decir cosas de las que después podrías arrepentirte. Procura comprender cómo se ven las cosas desde la perspectiva de la otra persona y hagan lo posible por llegar a acuerdos y soluciones, sin herirse en el proceso.
4. Evita las críticas. La crítica implica hacer comentarios hirientes sobre los defectos de carácter de la otra persona. Puedes identificar la crítica cuando dices las palabras “siempre” o “nunca” al describir algo que la otra persona hace o deja de hacer, como “nunca me ayudas”, “siempre llegas tarde”, etcétera. En lugar de usar comentarios críticos, procura hablar con calma sobre el problema que te molestó, comparte cómo te sientes al respecto y luego propón una solución para ello.
5. Empatiza primero, luego responde. Si la otra persona es quien te plantea un problema, no te lances directamente a defenderte ni trates de explicar tu punto de vista. Antes de responder, escucha lo que dice y procura comprender las cosas desde su perspectiva. Esto no significa que estés de acuerdo con su versión, pero puedes ver la situación a través de sus ojos, para luego explicar tu perspectiva y dar tu respuesta a la situación.
6. Aprende a regular tus emociones. Es natural que te molestes e incluso llegues al enojo durante una discusión o una conversación tensa, pero es importante poder manejar tus emociones sin desquitarte con la otra persona. Aprende a calmarte y atender tu propia reactividad. Esto requerirá práctica, pero dominar conversaciones difíciles incluye regular tu estado emocional y hacer lo necesario para mantener el autocontrol.
7. Ábrete a la vulnerabilidad. Mostrar y expresar lo que realmente sientes puede hacerte sentir en una situación vulnerable, pues implica abrir tu corazón y dejar a la vista tus verdaderos sentimientos. Parte de aprender a comunicarte mejor es estar más en contacto con tus propias emociones, así que permítete identificar cómo te sientes en diferentes situaciones, sintonízate con tu cuerpo, practica decir en voz alta cómo te sientes genuinamente, para poder ser vulnerable contigo mismo y así poder decirle a la otra persona cómo te sientes realmente acerca de las cosas que te suceden.
Toma en cuenta que lograr una buena comunicación en cualquier relación es un proceso que requiere tiempo, paciencia, comprensión, empatía y compasión tanto con el otro como contigo mismo. Además, la buena comunicación requiere práctica y presencia, pues es necesario que estés alerta en el momento presente para detectar si estás a punto de perder los cabales, si estás lanzando críticas o si te falta empatía.