Apenas somos nuestro cuerpo y un par de cosas vitales. Nuestras necesidades básicas a la hora de cambiar de entorno, por ejemplo, en un viaje o en una mudanza, pueden cubrirse muy fácilmente si tenemos conciencia plena de lo que necesitamos sin dejar de lado la comodidad del libre movimiento. A continuación te damos algunos útiles consejos para sentir esa ligereza al momento de colgarte una mochila o hacerte de una maleta ya sea para viajar, para cambiar de casa o para darte una temporada de aventurera vida nómada.
1. Evita llevar cosas que sólo vayas a usar una vez durante todo tu viaje, claro, con la excepción de los calcetines y la ropa interior. Los productos de belleza como maquillajes, perfumes, colonias u otros accesorios pueden ocupar un gran espacio en tu maleta y, muchos de ellos, sólo serán usados una sola vez durante el tiempo que estés fuera. Una clave importante al viajar es darle prioridad a lo que te hará “sobrevivir” (dependiendo del tenor de tu aventura) y no tanto a las cosas un poco más superficiales. Según el tiempo que dure tu viaje, escoge un sólo cambio de ropa para cada día. Posiblemente no tendrás demasiado glamour durante el viaje, pero la comodidad que obtendrás valdrá la pena. Recuerda que la comodidad es la primer cosa que sacrifican el glamour y la moda. Durante un viaje a nuevos territorios, la comodidad será tu mejor aliada. Si haces el ejercicio consciente de visualizarte con sólo una muda de ropa por día, tendrás el beneficio de la ligereza para moverte, incluso si por cualquier motivo debes cambiar de lugar rápido con todo a cuestas.
2. Si tu mochila o maleta no tiene las suficientes bolsas o cierres, no te preocupes, puedes usar bolsitas resellables o anudadas para guardar los objetos pequeños y así no perderlos de vista. ¡No olvides sacarles el aire antes de cerrarlas! La segunda clave más importante es tener todo a la vista y a la mano para que no se te pierdan los objetos pequeños y, según la situación, puedan ser utilizados intempestivamente. Prefiere las mochilas o maletas compactas y utiliza todos sus cierres y compartimentos para que todo el espacio sea aprovechado. Si puedes concentrar todo lo que cargas en un sólo espacio, tu viaje se volverá mucho más placentero al no tener que preocuparte por cuidar más de una pertenencia. Claro que nunca está de más llevar un bolso bastante pequeño y discreto (además de la mochila o maleta principal) para llevar las cosas más indispensables a la hora de salir a algún lugar habiendo dejado la maleta en la casa, hotel u hostal.
3. Si tu viaje es en avión y a un lugar por pocos días, tu mejor opción siempre será traer una única maleta que puedas colocar en los compartimentos de la aeronave y una bolsa de mano, así te ahorrarás la espera del equipaje, los riesgos de su posible maltrato y podrás salir mucho antes del aeropuerto. Si tienes la opción de elegir entre distintos tipos de maleta, te recomendamos las compactas con ruedas que giran 360 grados ¡pocas cosas tan buenas le han pasado a los viajeros! Pero si tu opción no son las ruedas, porque quizá los terrenos a los que estarás expuesta o expuesto no son propicios para ellas, elige siempre mochilas que vayan colgadas en tu espalda. Si son muy pesadas, busca la manera, cada cierto tiempo, de colgarlas hacia tu pecho. Las mochilas más imprácticas son las que van colgadas en un sólo hombro o que tienes cargar con una sola mano.
4. Durante cualquier viaje pueden suceder cosas inesperadas y podemos estar expuestos a muchos tipos de riesgos, por eso es muy importante destinar uno o dos espacios escondidos (como dobles forros o cierres con candado) para guardar el dinero y la documentación importante. Siempre será bueno estar prevenidos en caso de robo o extravío del equipaje, así que un bolsillo secreto con efectivo en el pliegue de la ropa interior o los calcetines, podrá salvarnos de una mala jugada.
5. A final de cuentas, el orden que le demos a las cosas dentro de la maleta, juega el papel más determinante. Por ejemplo, los clásicos consejos de envolver la ropa interior con los pantalones a manera de churro, meter los calcetines hechos pelota adentro de los zapatos, o doblar rectangularmente blusas y camisas para apilarlas como bloques o ladrillos, son los más efectivos. Evita guardar la ropa sin doblarla, porque aunque eso no tenga nada que ver con el peso de tu equipaje, sí influye directamente en el espacio que ocupará.
Después de estos breves consejos, si te gusta escribir, hazte de una libreta como bitácora y ¡disfruta tu viaje!