La evolución de la humanidad en todos los ámbitos y el alcance de la tecnología en la época actual han alejado al ser humano de sus raíces básicas, de su lado animal y de las leyes de la naturaleza que rigen todo en el mundo.
Pero a veces vale la pena volver a lo básico y observar lo que ocurre en el mundo natural para aprender de él. Al hacerlo, te darás cuenta de que hay mucho que aprender de los animales, sobre todo de especies como los lobos, que pueden dar grandes lecciones sobre la vida en comunidad y el trabajo en equipo.
El ser humano es un animal social, al igual que los lobos, que se organizan en grupos y siguen ciertas pautas para funcionar y prosperar. Los siguientes son algunos de los aprendizajes que las manadas de lobos y su forma de organizarse dejan para el trabajo en equipo de los grupos humanos.
Los aullidos de los lobos no son sólo ruido. Ellos tienen habilidades de comunicación muy afinadas y refinadas, y cada uno tiene un aullido distinto, que a su vez cambia según la intención de lo que quieran comunicar.
A través de ladridos, aullidos y lenguaje corporal, los lobos transmiten mensajes, emoción y advertencias. Esta comunicación mantiene el orden en la manada e incrementa su eficiencia en labores como la caza y la protección del grupo.
Para los grupos humanos, sean familiares, escolares, laborales, etcétera, el mensaje es que siempre hay que mantener una buena comunicación entre los integrantes. Los mejores líderes se comunican a menudo y abiertamente con su grupo, además, siempre están presentes, disponibles, saben escuchar y procuran involucrar a los miembros de su equipo en conversaciones significativas.
Los lobos pueden viajar casi 50 kilómetros cada día en busca de comida. Cubren grandes áreas y a veces tienen que luchar para sobrevivir. Pero también les encanta jugar y se dan el tiempo para hacerlo; de hecho, el juego forma parte importante del desarrollo y proceso de aprendizaje de los cachorros; incluso, los lobos juegan en su edad adulta y en la vejez, lo que ayuda a crear vínculos increíblemente fuertes entre ellos.
En el caso de los humanos, en la actualidad existe un enorme desequilibrio entre la vida laboral y la personal, ya que las personas pasan la mayor parte del día y de la semana en el trabajo, y si a eso se le suma el tiempo que dedican a los traslados, lo que queda para divertirse, realizar actividades lúdicas y relajantes es muy poco. Esto hace que la gente viva agotada, estresada, ansiosa y deprimida.
La Organización Mundial de la Salud reconoció esto recientemente al señalar abiertamente el agotamiento de los empleados como un fenómeno ocupacional. Por ello, es importante emular a los lobos y dar tiempo para el esparcimiento, el descanso y la convivencia familiar.
Los lobos tienen claro que la forma más efectiva de hacer las cosas es compartir la carga y dividirse las responsabilidades. Entienden que el éxito depende del trabajo en equipo; que trabajar juntos, en lugar de hacerlo de manera aislada o uno contra el otro, permite obtener los mejores resultados.
Un lobo en solitario difícilmente podrá cazar, y si lo logra habñá hecho un esfuerzo demasiado grande; en cambio, cuando la manada colabora y cada uno hace su parte, el resultado se obtendrá más rápido y sin que ninguno se agote de más.
Así debe ser también en los grupos humanos, sobre todo en el terreno laboral, donde muchas veces es complicado trabajar en equipo, pues hay miembros que no se esfuerzan lo suficiente, u otros que en su afán de controlarlo todo son incapaces de delegar responsabilidades, hasta el punto de que se saturan.
Si eres líder de un equipo, aprende a confiar en tus compañeros, ten la capacidad de reconocer a aquellos que lo hacen bien y suman para el bien común, y también ten las agallas para deshacerte de los miembros del equipo que no aporten y entorpezcan el trabajo del equipo.
Ningún líder debe tratar de hacer el trabajo de todo su equipo, sino aprender a dividir las responsabilidades de modo que todo funcione de la mejor manera. Cada miembro del grupo desea tener un sentido de propiedad sobre su trabajo, ver que éste tiene un significado y propósito.
No es una vida fácil para un lobo. Todos los días se trata de supervivencia. Cuando hay que cazar para poder comer, los lobos fallan con más frecuencia de las veces que tienen éxito. Su tasa de éxito se encuentra entre el 3% y el 14%.
En lugar de desistir ante esto o buscar al lobo "culpable" de cada fracaso, los lobos continúan, perseveran, aprenden lecciones y mejoran; son progresistas y, en este sentido, hay mucho que aprender de ellos.
En los grupos humanos es imprescindible que haya "seguridad psicológica", un concepto clave para lograr conformar un equipo exitoso y que consiste en la creencia de que ningún empleado debe ser avergonzado o humillado por expresar sus inquietudes, dudas e ideas, ni (lo más importante) por cometer errores.
Generalmente, los equipos más exitosos son los que reportan haber cometido más errores que otros. Esto no se debe a que sean menos capaces o menos eficaces, sino a que crean un entorno en el que las personas se sienten cómodas y seguras como para reconocer y compartir las lecciones aprendidas de sus errores. Este enfoque es algo que los líderes deberían aprender a aceptar si desean alentar equipos dinámicos, seguros y robustos.