Con todos los avances tecnológicos y el acelerado ritmo de vida en el que ha entrado la humanidad en los años recientes, las personas parecen cada vez más desconectadas de la naturaleza y de ese “lado salvaje” que el ser humano, como animal, posee.
La naturaleza es sabia y todo en ella está perfectamente equilibrado, así que reconectar con ella puede ser un gran paso para el bienestar y para mejorar aspectos tan básicos como el sexo.
Las siguientes son algunas lecciones de la naturaleza para tener una mejor vida sexual, para disfrutar más de la sexualidad y del placer, tanto en solitario como en pareja.
Esto no se refiere a la duración de los encuentros sexuales sino a saber esperar, comprender los ciclos naturales y entender que no todos los cuerpos ni todos los deseos funcionan de la misma manera.
También a que no es necesario que ambos lleguen simultáneamente al orgasmo para disfrutar, pues cada cuerpo es distinto y tiene necesidades de estimulación diferentes.
En la naturaleza, los animales y las plantas suelen esperar hasta la temporada adecuada para aparearse, pues instintivamente saben que el sexo es mejor cuando llega en el momento adecuado.
Lo mismo ocurre con los seres humanos. Los sentimientos de sensualidad y excitación suceden en diferentes momentos y capítulos de la vida para todos, y eso es totalmente natural. Está bien si hay temporadas en las que tu apetito sexual aumenta y después decae, tengas o no pareja.
Esto es algo con lo que las parejas deben aprender a lidiar y comprender que el hecho de estar juntos no significa que siempre habrá ganas y ánimos para el sexo, pues a veces sólo querrán acurrucarse y apapacharse, o simplemente estar juntos platicando o en silencio.
A medida que la Tierra evoluciona, también lo hacen las necesidades de todos sus sistemas. Las plantas y los animales se han vuelto muy creativos al buscar formas de hacer que el sexo suceda, y eso ha hecho que con el tiempo todo el proceso reproductivo sea mejor y más efectivo.
La lección para la sexualidad humana que surge de esto es que las personas no deben limitarse por miedos, prejuicios ni tabúes y deben animarse a probar cosas nuevas tanto en solitario como en pareja, para disfrutar más de la sexualidad y el placer.
Así que empieza a dar rienda suelta a tus deseos y fantasías; prueba nuevas posiciones, nuevos lugares y sitios para practicar el sexo, intenta incorporar juguetes sexuales, lencería, juegos de rol, juegos de mesa con tintes eróticos, o lo que a ti y a tu pareja se les ocurra y les excite.
La naturaleza simplemente no es recta. Desde las cordilleras irregulares hasta las onduladas olas del océano, las formas de la naturaleza son fluidas y cambiantes.
La lección aquí tiene que ver con la diversidad sexual. Durante tanto tiempo la humanidad se ha aferrado a un binario sexual y de género, heteronormativo, muy poco útil y dañino, que deja de lado todas las demás vertientes que pueden tener la sexualidad y el amor.
Así que hay que aprender a reconocer y respetar tanto las identidades de género como las orientaciones sexuales distintas a la heterosexual, para que las personas que están fuera de esa “norma” dejen de vivir con miedo y puedan vivir y expresar su amor y su sexualidad con libertad sin ser reprimidos, discriminados ni agredidos.
Hay una gran variedad de especies que se reproducen asexualmente, lo cual le recuerda al ser humano que el sexo es algo que viene desde dentro de cada persona, sin importar con quién se interactúe ni las necesidades reproductivas de la especie.
Es decir, el deseo sexual puede aflorar o no, independientemente de que se tenga pareja o de estar en soltería; se puede disfrutar de la sexualidad, del placer y de las sensaciones del propio cuerpo con compañía o en solitario, por lo que el autoplacer y la masturbación deben dejar de ser temas tabú, para convertirse en parte de las prácticas que implica una sexualidad plena.
Este es un consejo simple y práctico, que ayuda a prevenir infecciones del tracto urinario. De hecho, el sexo es una de las causas más comunes de infecciones urinarias en las mujeres.
Orinar después de tener relaciones sexuales ayuda a prevenir infecciones que pueden transmitirse durante el coito a través de microbios, bacterias y secreciones presentes en la zona genital y el recto, los cuales pueden acumularse en la uretra.
La forma de expulsar cualquier bacteria que se haya introducido durante el acto sexual es a través de la orina. Se recomienda orinar dentro de los 45 minutos posteriores al término de la relación sexual para deshacerse de los microorganismos que pudieran ocasionar infecciones.
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