La vida en la actualidad puede ser vertiginosa, pero no debes descuidar tu vida sexual. El estrés y otros factores pueden interrumpir tu deseo, pero no deben frenarlo, solamente es necesario dedicarle el tiempo que requiere y cumplir con los siguientes objetivos, que llevarán tu sexualidad a otro nivel (o al menos la impulsarán).
Las estadísticas dicen que hoy las relaciones sexuales en personas jóvenes son menos frecuentes que hace unos años; es decir, los abuelos y los papás de las generaciones activas en la actualidad tenían más sexo. Pía Battaglia, psicóloga y sexóloga, explica que en parte esto se debe a la falta de tiempo, pero también de ganas.
Una de las excusas más recurrentes es el estrés, a pesar de que la humanidad ha sobrevivido con cierto grado de ansiedad combinado con el deseo sexual, dos conceptos que históricamente no son ajenos. Durante la Segunda Guerra Mundial, la tasa de natalidad se disparó entre los londinenses que, sin calefacción, luz eléctrica ni comida, veían caer las bombas a su alrededor y todavía tenían ganas de sexo. Sin saberlo, los ingleses utilizaban el sexo como tranquilizante-estimulante, como hacen los bonobos (chimpancés pigmeos) y tantas otras especies.
Si hay algo que no pasa de moda son los juguetes sexuales y en 2019 aparecieron artilugios dignos de premios de ingienería. La psicóloga y sexóloga Laura Marcilla asegura que el clítoris, que tiene aproximadamente 8 mil terminaciones nerviosas, es una zona delicada que debe tratarse con cariño y cuidado.
Eso no significa que los juguetes sexuales no estén permitidos, pero los orgasmos con estos aparatos remiten a un futuro sexual aséptico, consumista, rápido y vacío. Como pasa con muchas otras cosas, hay que volver a los básicos. Comercialmente, sólo buscan fabricar el juguete sexual más potente y con más funciones, pero no parece atractivo acostumbrar al cuerpo a no sentir nada cuando dos manos lo toquen. Así que guarda un tiempo los juguetes y deja que tu boca, tus manos y las de tu pareja hagan su magia.
El remedio siempre consiste en volver a empezar. Céntrate en tu cuerpo y en sus sensaciones. Descubre tus reacciones, sensaciones, estímulos, sentimientos, porque ahí está la clave del buen sexo. Más que el hecho, se trata de la intención que se ponga en él. Dedícate a disfrutar sin prisas del momento y da rienda suelta a tu sensualidad y erotismo.
Si el sexo es el juego de la edad adulta, debes encarar esta actividad con un sentido lúdico y no competitivo. La diferencia entre jugar y competir es que la diversión, presente en lo primero, desaparece en lo segundo, porque ya hay expectativas, premios, esfuerzo, frustración, fracaso. Nadie pierde en el juego, pero sí en la competencia. Libérate de esa presión y entra al juego sin temor.
En la población en general, de sexualidad se sabe muy poco. Es algo autodidacta que algunos jóvenes aprenden de la pornografía y los adultos repiten el mismo patrón la mayoría de las veces. Es como salir del cine y creerse un conductor de autos de carreras o un superhéroe, y en ambos casos, sólo es ficción.
Melania Figueras, psicóloga especializada en terapia de parejas, explica que también están los que se autodefinen sexualmente torpes, que creen que su torpeza erótica es crónica e incurable. En cualquier caso, puedes creer que el sexo es un instinto y que sabrás qué hacer en el momento indicado, y no necesariamente es así.
Hay muchos libros sobre sexualidad, hay mucha información al respecto en internet, cursos y terapias y además, claro, está la pornografía que puede ayudarte a darte ideas o simplemente a encender la llama. Pero la próxima vez hazte una pregunta: ¿quién eres sexualmente?, ¿qué idea tienes del sexo?, ¿qué disfrutas? Te sorprenderá lo que puedes descubrir.
Con información de S Moda