Para muchas parejas es común darse cuenta que un buen día su relación es más de roomies que de amantes, que incluso evitan tocarse porque no soportan tener una pelea sobre el sexo (una vez más), pues uno de los dos se siente utilizado sexualmente o rechazado.

 

Una relación sexual insatisfactoria es un veneno silencioso que comienza sutilmente. Las señales a veces son tan pequeñas que no activan la alarma hasta que es demasiado tarde y uno de los problemas es que incluso las buenas relaciones pueden terminar por el mal sexo, no porque la pareja no coincida o nunca hubo ninguna esperanza, sino porque esas pequeñas señales de advertencia no fueron atendidas. 

 

Bez Stone, coach de parejas en California, explica que cuando las parejas al borde del divorcio se acercan a ella uno de los dos se ve sorprendido, "ya que no tenía idea de lo mal que se habían puesto las cosas, mientras que la otra persona lo sabía y había tratado de decírselo a su pareja durante años". 

 

Si recibes alguna señal de advertencia, es momento de buscar ayuda. Es mucho más fácil reparar una relación antes de que llegue a su punto de ruptura. Pon atención a las siguentes señales que comparte la experta.

 

1. Anhelas "algo más" con el sexo, pero no estás seguro de cómo explicarlo

Esta es la primera señal en el radar. No significa que algo esté mal, pero está presente y molesta. Si alguna vez piensas "Tiene que haber más sexo que esto", no ignores esa voz.

 

En cambio, empieza una conversación con tu pareja sobre tus deseos sexuales. Hazlo desde un espíritu de alegría y curiosidad, no de queja y presión. Juntos pueden comenzar a descubrir qué es lo que realmente los excita para que ambos puedan obtener lo que realmente quieren en la cama.

 

2. Para aquellos con parejas masculinas: tu pareja no se involucra

Cuando un hombre se siente conectado sexualmente con su pareja da todo lo que siempre ha querido (dentro y fuera de la cama) y no teme experimentar, pero el deseo se marchita si se siente rechazado, criticado o no apreciado, especialmente sexualmente.

 

Si tu pareja parece distante y está más interesada en comer, ver televisión o trabajar, presta atención. No significa que no te quiera; significa que preferiría hacer cualquer otra actividad que arriesgarse a que lo critiques o lo rechaces nuevamente. La salud sexual de tu relación no es sólo su responsabilidad, también es tuya.

 

3. Para aquellos con parejas femeninas: tu pareja ha dejado de tocarte

Cuando una mujer se siente sexualmente segura y cómoda con su pareja, le gusta tocar y ser tocada. Cuando una mujer se siente retraída o no protegida sexualmente, a menudo rechaza a su pareja. Puedes temer que cualquier contacto físico se relacione con la expectativa del sexo, incluso si no quieres tenerlo.

 

Es responsabilidad de ambos hacer que el sexo se sienta divertido y seguro nuevamente. El sexo deben disfrutarlo los dos, no implica ninguna obligación o expectativa. 

 

4. Tienes sexo unilateral

El sexo unilateral es aquel que es sólo para el beneficio de una persona. Intentas hacer que tu pareja llegue al clímax rápidamente para que puedas terminar con el sexo y hacer lo que quieres hacer. "Escucho esto todo el tiempo, y lo he hecho yo misma. Cuando una relación tiene sólo unos pocos años, las mujeres a menudo se ríen de este fenómeno como si fuera una broma secreta de la hermandad", señala la experta.

 

Cuando una relación está más cerca de su punto de ruptura, "las mujeres dejan de reírse de esto porque ha dejado de ser gracioso. Es desgarrador en ambos lados".

 

5. Estableces horarios para el sexo

Si tienes una rutina diaria, no parecería descabellado que el sexo también esté en tu agenda, ¿a quién no le gusta una noche de cita planificada? Este tipo de planificación puede ser beneficioso, pero si es por tratar de tener una "vida sexual normal y saludable" es un presagio de desastre.

 

"Cuando alguien se acerca a mí y me dice 'Doy sexo a mi pareja todas las semanas para que no me moleste durante el resto de la semana', sé que se encaminan hacia tener problemas". Si tienes relaciones sexuales por estos motivos, no lo haces por deseo, sólo tratas de ajustarte a alguna idea de que eso hace que una vida sexual sea saludable.

 

En última instancia, esto conducirá a una menor intimidad, más ansiedad por el rendimiento y menos disfrute. El remedio es familiarizarse con tu deseo y comenzar a conectarte sexualmente en función del interés genuino en hacerlo, no en función de cuánto tiempo ha pasado desde el último encuentro.

 

6. Peleas con tu pareja a menudo

A veces hay un problema real en la relación que debe abordarse, y a veces este problema es causa de peleas. La mayoría de las peleas entre parejas que se quieren y pretenden permanecer juntas son un síntoma del deseo de un contacto más intenso.

 

"Pelear es una posible señal de que no tienes suficiente sexo que te conecte tan profundamente con el otro como quisieras", dice la experta. "La respuesta no es cantidad, es calidad".

 

7. Te sientes agotado, con exceso de trabajo e irritable

En la actualidad la mayoría de personas pasan el día entero fuera de casa y regresar tarde para preparar el siguiente día no deja mucho tiempo para el sexo, por lo que se evita o se realiza más como una tarea que como un placer.

 

Sin embargo, la experta asegura que después del sexo hay una sensación de vitalidad, "como si acabaras de tomar una gran siesta". Ella explica que el sexo es un acto basado en el deseo que se realiza para el propio beneficio y placer. 

 

Cambiar tu vida sexual no es sólo una cuestión de salvar la relación, ¡es mucho más que eso! Si tienes éxito, te sentirás feliz con tu pareja. Disfrutarás del sexo que se satisface mutuamente. Sentirás suficiente seguridad como para pedir lo que necesitas y quieres de una manera que entusiasme a tu pareja para dártela.

 

Con información de mindbodygreen