Tener una vida sexual saludable y gozar de ella es primordial para mantenerte sana y feliz. Por esta razón los orgasmos han sido desde hace siglos una de las sensaciones más importantes del cuerpo humano, no sólo por las increíbles sensaciones que causan físicamente, sino también por la cantidad de hormonas y sustancias positivas que se liberan en el cuerpo cuando se llega al clímax.
Es difícil explicar la sensación pues no hay comparación con otra, ya que se podría decir que ningún orgasmo es idéntico y no hay otra sensación parecida.
Lo que sucede durante un orgasmo en las mujeres es que la vagina, el útero y el ano (y en ocasiones otras partes del cuerpo como manos, pies y abdomen) se contraen rápidamente de tres a 15 veces. Y por si te lo preguntabas, las mujeres también pueden eyacular. Esto sucede cuando liberan un líquido de la uretra que contiene una mezcla de líquido blanquecino de las glándulas periuretrales de Skene, mezclado con un poco de orina. Y no te preocupes, porque esa orina es muy estéril y el líquido generalmente sale claro y sin olor.
En el caso de los hombres, a diferencia de lo que se ve comúnmente en las películas, no siempre que eyaculan tienen un orgasmo.
Los orgasmos pueden ser pequeños o grandes, intensos o ligeros. Y eso no depende más que de lo excitada que estás mientras tienes sexo. Habrá ocasiones en las que aunque lo intentes no logres llegar, y eso tampoco está mal, pero si has tratado siempre con lo mismo y ya no te resulta placentero o nunca has logrado tener un orgasmo, esto es lo que debes intentar, sin olvidar que el juego previo a la penetración es sumamente importante.
Muchas mujeres creen que este tipo de orgasmo es el único que existe y por lo tanto es “mejor”, y por esa razón muchas veces no exploran otras opciones. Incluso, las películas y los libros se han encargado de hacerle pensar a las personas que con la simple penetración una mujer ya debe alcanzar el clímax, lo que ocasiona que crean que si no lo consiguen, es porque algo está mal en ellas. Lo que no saben estas mujeres es que este tipo de orgasmo es el más complicado de lograr.
Si quieres intentarlo e incluso ver si experimentas la eyaculación femenina, puedes probar primero con tus dedos, los dedos de tu pareja o algún juguete sexual. Con los dedos es más sencillo, ya que si haces un movimiento como de querer atraer algo hacia ti, con delicadeza y cuidado, podrías llegar a conseguirlo.
También es importante saber que hay un punto de placer en esta pared, llamado punto G, y que cuando lo tocas con una presión fuerte y regular puedes conducirte a la eyaculación, pues se estimulan las glándulas de Skene a ambos lados de la uretra.
El clítoris es un órgano pequeño con muchas terminaciones nerviosas que se asoma desde la punta de la vulva y se extiende hacia el interior de los labios. La mejor manera de estimular el clítoris es cuando lo frotas suavemente con los dedos (previamente lubricados) o con la lengua con movimientos circulares.
Una vez que el clítoris comienza a mojarse, o después de agregar lubricante (porque no todas las vaginas pueden mojarse por sí solas), aplica una presión más rápida y fuerte con movimientos repetitivos hasta llegar al orgasmo, verás cómo poco a poco en tu cuerpo aumenta la temperatura.
El clímax hará que fuertes sensaciones se apoderen de tu cuerpo, y si quieres saber la mejor parte, es que el clitoris provoca multiorgasmos.
Orgasmo anal
Los orgasmos anales son mucho más comunes en los hombres debido a la próstata, pero también se pueden lograr si masajeas delicadamente el exterior de la abertura anal o si estimulas el interior del ano con un dedo.
Algo que es de suma importancia que entiendas es que el ano no lubrica, así que es necesario usar saliva o algún lubricante para poder hacerlo sin lastimarte o lastimar a la persona a quien se lo practiques.
La comunicación es muy importante durante la relación sexual, para conocer qué es lo que gusta a tu pareja y a ti y qué no. Si tienes ganas o, por el contrario, miedo de experimentar algún tipo de orgasmo, simplemente háblalo para que tu pareja lo comprenda y el acto sexual sea placentero y cómodo para ambos.
Y si también te sientes lista para entrarle a nuevas experiencias, dejar a un lado los tabúes puede ayudarte a liberar ese espíritu animal que vive dentro de ti.